Más pobreza

Rodrigo Santillán Peralbo

Pasan meses y años, y las necesidades insatisfechas crecen en número e intensidad, en millares de familias que apenas sobreviven en medio de iniquidades y angustias cotidianas, colmadas de incertidumbres que nacen de carencias que imposibilitan alimentar, educar y vestir adecuadamente a sus hijos. La pobreza es una de las peores lacras del sistema de injusticias que padece este país.

Con recurrencia, especialmente en campañas electorales, se oye hablar de la necesidad de eliminar la pobreza, crear fuentes de trabajo, escuelas, colegios y más carreras universitarias relacionadas con tecnologías, para satisfacer las exigencias de estos tiempos, pero quedan en simples ofertas políticas.

En el diario trajinar crece el número de familias que no tienen lo indispensable para ‘vivir con dignidad’, simplemente porque carecen de trabajo o porque los salarios son insuficientes, así las leyes ordenen el pago de un salario mínimo vital. Por algo, en el habla popular, se dice que “hecha la ley, hecha la trampa”.

Lo cierto es que, en el Ecuador, en los primeros seis meses de este año, se incrementó la pobreza y la pobreza extrema hasta alcanzar a un 27% del total de la población estimada en 17 millones de habitantes, que carecen de lo indispensable para ‘vivir dignamente’, es decir que son humildes, desdichados y desechables porque carecen de los recursos que posibiliten la satisfacción de necesidades.

Un estudio reciente del INEC informa que casi seis millones de personas subsisten con menos de tres dólares al día. Sostiene que en el área urbana la pobreza llegó al 18,0 por ciento y la pobreza extrema a 5,2 por ciento, mientras que en zonas rurales esos números superan el 46 % y el 22%, respectivamente. ¿El nuevo gobierno se cruzará de brazos ante esta realidad?