Riqueza nacional

Eduardo F. Naranjo C.

Característica ecuatoriana: meter pico y hablar mucho. La potencial suspensión  petrolera en ITT no es problema si lo vemos bien, la acelerada explotación del yacimiento elevó niveles de agua y quizá queda un quinto de remanente recuperable de ese crudo, pero el beneficio —en caso de que ocurra tal dictamen— será  para los pobladores y el medio. El recaudo estatal es poco; disponemos de Petroecuador con costos de una tercera parte por barril, pero ‘lobistas’ avezados la sacan del juego y logran concesiones onerosas al país.

Fernando Reyes señala que todos los campos petroleros en la Amazonía, a excepción de Sacha son explotados como ‘prestación de servicios’, cuyos costos se financian por las altas tarifas que las compañías cobran; es donde la “política” se impone a la técnica. La nefasta gestión gestión del lobby amarra contratos para 10 años, propiciando riqueza a grupos internacionales y locales. Por tanto, mejorar ingresos en este sector es casi imposible.

Las petroleras mundiales están reduciendo inversiones por el cambio energético. Por tanto, es importante fomentar y proteger el crecimiento e industrialización  de los sectores, agropecuario, pesquero, forestal, piscícola, etc., que ya dieron un salto con buenos resultados. Así, reduciremos la contaminación y podremos ampliar horizontes hacia un sector que tiene un papel fundamental en la generación de empleo, seguridad alimentaria y riqueza; además, desarrollar fuentes de energía limpias como hidroeléctrica y solar. Es hacia donde va el planeta.

Los aventados ‘candidatos’ al mando gubernamental deben demostrar que saben cómo acelerar el desarrollo de la riqueza nacional, expresando su visión de la economía y la solución de los problemas nacionales. Claro está que, con los gobernantes que hemos tenido, cualquiera se unge capaz de convertirse en mandatario, desde gente violenta, como audaces mitómanos, hasta ignorantes atrevidos con impulso para trepar a cualquier parte, sin temor alguno.