¿Quieren repetirlo otra vez?

El auto de Marty Mc Fly viaja al pasado. Es 1999. Jamil Mahuad cuenta: …“las fuerzas políticas en el Congreso se atrincheraron nuevamente: PSC, ID, Pachakutik, PRE y MPD. La Conaie y las organizaciones sociales identificadas con la izquierda se sumaron a ellos” (pg. 347). “Muchos se preguntaban qué querían los socialcristianos: no participaban en la mayoría, se encargaban de que el Gobierno tuviera más obstáculos, se oponían a todo …” (pg. 393).

Según Mahuad había -hay- tres trampas en cierta opinión pública, el sector privado y la oposición: indecisión (grandes temas empantanados por diferencias políticas), veto puro y simple a las propuestas del gobierno de turno y maniqueísmo (rechazar o aprobar ideas sin análisis) que “se habían apoderado del Ecuador para finales del siglo XX y conspiraban contra su progreso”. (pg. 357)

La Conaie rompía diálogos y anunciaba movilizaciones. Su líder, Antonio Vargas -tío de Jaime Vargas-, decía que “podría desatarse una guerra civil”. Según Mahuad (pg. 360), en su libro Así dolarizamos, Vargas no buscaba “la sucesión presidencial ni nuevas elecciones, sino un gobierno de salvación nacional” y “tomar el poder por la fuerza” (pg. 428). El Frente Patriótico se sumaba y pedía la renuncia del gobernante.

Los indígenas usaron la dolarización y atacaron al “imperialismo” y al gobierno “que, según ellos, seguía mandatos del FMI”, para justificar un nuevo gobierno nombrado por asamblea popular. “Nos acusaban de seguir los mandatos del Fondo”. Se tomó la decisión “contra la opinión del organismo”, según el exmandatario (pg. 479).

Enero del 2000. Mahuad anota: “la Conaie marchó a Quito para instalar el ‘parlamento popular’ (pg. 483). El 21 de enero la marcha indígena llegó desde diversas provincias al parque del Arbolito (cerca del Congreso y la Corte). Cinco mil personas reunidas en el Ágora de la Casa de la Cultura dijeron que “el ‘parlamento popular’ tenía legitimidad suficiente para escoger al nuevo Gobierno” (pg. 489).

Al grito de “que se vayan todos” -los poderes del Estado-, actuaron violentamente contra civiles. “El 20 de enero rodearon la Corte y la Contraloría e impidieron por horas que salgan funcionarios”. Por la noche salían “en fila india” (pg. 490). En la mañana, un grupo de militares entró por la fuerza al Congreso y anunció un triunvirato (Lucio Gutiérrez, Vargas y Carlos Solórzano, expresidente de la Corte). “El primer golpe de Estado en el nuevo milenio”, rememora Mahuad. El Delorean vuelve al presente. ¿Quieren repetirlo otra vez?