Que Dios nos coja confesados

Alejandro Querejeta Barceló
Alejandro Querejeta Barceló

El presidente Guillermo Lasso acaba de anotarse un tanto al cumplir con los nueve millones de ecuatorianos vacunados. Eso se llama cumplir con palabra comprometida, pero también eficiencia. Una nota señala que en Loja no se reportaban casos de covid-19 y que el personal de salud por primera vez en mucho tiempo pudo descansar.

Lasso posicionó a nuevos funcionarios y les pidió eficiencia y eliminar el despilfarro, rubros en los que Ecuador ha acumulado un expediente impresentable. A eso habría que agregar notas bajas en inversión, productividad, informalidad, pobreza y desigualdad, así como desempleo y subempleo, que ha puesto en crisis, por ejemplo, a la Seguridad Social. ¿Cómo hablar de crecimiento y recuperación?

Cuatro años son insuficientes para nivelar rubros que requieren de reformas estructurales complejas y de gran costo político. Sin embargo, es alentadora la gestión del Presidente. Ha invertido mucho de su capital político en desterrar la desconfianza interna y externa. Para ello se vale de un pragmatismo desconocido entre sus antecesores: negocia sin complejos con Norteamérica y también con China.

Pero el escollo principal que tiene delante está en los otros poderes del Estado, en particular el Legislativo. Las reyertas intestinas no permiten desarrollar una agenda coherente con la necesidad de acometer las tan reclamadas reformas estructurales. Al habitual repertorio de aquel repertorio de clichés y estereotipos, le sustituye ahora un canibalismo interno que siembra de obstáculo la que debería ser su tarea primordial.

La ministra de Gobierno dijo en una entrevista estar dispuesta a consensuar el trámite de los proyectos gubernamentales tanto con tirios como con troyanos, incluyendo al correísmo. Habló también de consulta popular y de muerte cruzada. La gestión externa del Presidente y su pragmatismo característico, con la pandemia en medio, no aconsejan estas recetas. Como decían los abuelos: “Que Dios nos coja confesados”.

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