¿Somos todos ‘correístas’?

En el actual gobierno, como había pasado con Lenin Moreno, si alguien señala los problemas que atañen al país o critica las eventuales carencias del actual ejecutivo se vuelve automáticamente ‘correísta’. Así que, ante los que afirman que Guayaquil, por niveles de criminalidad, se puede comparar a Sinaloa, el tema ya no es visto como un problema a solucionar sino como una postura política a favor de Correa. Ante un problema, ya no se discute lo que se debe hacer, sino si esto beneficiaría a los correístas o a los lassistas.

Asimismo, la falta de trabajo y la crisis económica no es un tema real y social, sino un atrevimiento de los ‘correístas’ quienes serían responsables de atreverse a criticar a Lasso. No importa si es cierto que no hay reactivación económica o peor aun que la gente esté sin trabajo; el problema es si estamos dogmáticamente alienados a la ideología de la pseudo derecha o de la pseudo izquierda. 

 Triste y paupérrima visión del gobierno y de sus asalariados que en lugar de proponer y hacer siguen comparándose con Rafael Correa, quien resulta ser la unidad de medida negativa de todo lo que ocurre o deja de ocurrir en el país.

Esto simplemente frustra a la población y a los que únicamente queremos que se cumplan promesas de campaña y que se implementen acciones que realmente reactiven la economía. Se deben tomar medidas contundentes y es cierto que había que hacerlo dentro de los primeros 100 minutos tal como lo dijo en campaña el actual Presidente.

En el país hay récord de ecuatorianos que fueron obligados a emigrar. Más que quién es el culpable, debería preocuparnos que haya un gobierno que lo evite sin excusas.

Si mañana hay protestas en las calles, tampoco será obra de correístas sino de gente que vive cotidianamente la actual desintegración estatal, la pobreza y la miseria. Esto no nos hace a todos críticos de la situación que vive el país. Ya dejemos de posicionar y fortalecer a quien no puede influir bajo ningún concepto más que el presidente Guillermo Lasso en las decisiones de políticas públicas que este gobierno se comprometió a adoptar.