Poderes irresponsables

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

Por: Rodrigo Contero Peñafiel

Los discursos dominantes ponen mucho énfasis en el lucimiento personal y no en las instituciones llamadas a ejercer el poder con responsabilidad, permitiendo que tome fuerza la incapacidad de falsos líderes que se encargan de sembrar el caos en las comunidades, pretendiendo endosar todas las responsabilidades al Estado sin recapacitar ni hacerse cargo de sus propias acciones. Con el supuesto afán de eliminar la pobreza y la desigualdad existentes, y con un discurso populista, crean sociedades insensibles e incompetentes, integradas por personas irresponsables y autosuficientes.

Todos los partidos políticos saben cuáles son sus responsabilidades y cuáles las del Estado; ningún Gobierno puede someter su institucionalidad y gobernabilidad por ningún concepto a grupos de insurrectos, porque afectarían el sentido y alcance de la Constitución que garantiza la democracia representativa. En un régimen democrático, el Gobierno se presenta como autoridad responsable, que asegura la democracia y frena las pretensiones de sediciosos y farsantes que siembran el caos, escudándose en indultos, amnistías, amenazas y pactos vergonzosos que ponen en evidencia una arremetida política para desestabilizar al Gobierno.

La democracia se entiende como la forma de gobierno en la que ciertas decisiones pueden ser consultadas a la población, siendo la más común la democracia directa y participativa, compuesta por una serie de ideales y principios democráticos por los que se rigen la igualdad, la limitación y el control del poder, entre otros. Hay poderes que actúan de forma irresponsable como la Asamblea Nacional, que se mueve a favor de los intereses de grupos políticos identificados con la corrupción.

Asimismo, existen personajes que utilizan el lenguaje de los deberes y derechos como propaganda política, eluden la responsabilidad individual y colectiva, sus discursos limitados e incomprensibles identifican a quienes no cuentan con la preparación necesaria, pero exigen derechos e incentivos sin ningún proyecto o programa debidamente financiado en favor de la población, a la que dicen representar; su desconocimiento e incapacidad es evidente.