Ecuador en una encrucijada

Paco Moncayo

Daniel Noboa y Verónica Abad se posesionarán como presidente y vicepresidenta de la República del Ecuador el próximo jueves 23 de noviembre. Enfrentarán una ardua tarea y hay que apoyarles para que les vaya bien, en beneficio de todos los ecuatorianos. Recibirán un país en grave crisis.

En lo económico, con una elevada deuda pública que para mayo alcanzaba $74.175 millones, un déficit fiscal anual de más de $5.000 millones y deudas impagas a la seguridad social y gobiernos autónomos. En lo social, un 27% de ecuatorianos se encuentra en situación de pobreza y 10,8% en pobreza extrema; apenas un 36,4% de la población económica activa (PEA) tiene empleo adecuado, mientras crece la informalidad y el 18,5% de los jóvenes ni estudia ni trabaja, convertidos en víctimas principales de las organizaciones criminales. En seguridad, el país terminará este año con una tasa aproximada de 40 homicidios intencionales por 100.000 habitantes, lo que significa un aumento del 528,10%, en comparación con el primer semestre de 2019, colocándose como el más violento de la región.

En lo político, Ecuador con un registro de 19 partidos y 272 movimientos políticos débiles, personalistas y deslegitimados a los que aprueba apenas un 14% de la población; y, una Asamblea Nacional que inicia con una mayoría frágil en la que la derecha tradicional se junta con un movimiento que proclama como sus coidearios a los presidentes de Venezuela y Nicaragua y acciona obsesionado por alcanzar la impunidad de sus caudillos. Se suma a ello, una función Judicial que pasa por uno de sus peores momentos, acusada de tener entre sus miembros a funcionarios cooptados por el crimen organizado; una función de Participación Ciudadana y Control Social incapacitada para nombrar autoridades de control, por la manipulación de políticos descalificados; y, una función Electoral desprestigiada.

La alarmante realidad, brevemente descrita, debería convocar a una activa participación de la sociedad civil, conformada por la gran mayoría de ecuatorianos honestos y patriotas, para apoyar decidida y militantemente al presidente, de modo que pueda hacer realidad su programa de gobierno y pueda rescatar al país de esta dramática situación.