¿Necesitamos un dictador?

Italo Sotomayor Medina.

La inseguridad, el crimen organizado, la corrupción, el narcotráfico y el desangre en las calles, parecería ser el caldo de cultivo perfecto para que llegue a considerarse que necesitamos de un régimen autoritario; uno que sin talante democrático, como el mejor de los caudillos, disponga sobre el destino del país. Ante el desgobierno de los últimos años, acrecentado en el último período presidencial, hay quienes mantienen y se ratifican en el criterio de la necesidad de una dictadura. Desde su muy particular óptica, no hay ninguna otra fórmula democrática que pueda recomponer y enderezar el futuro nacional.

Llegar a esa conclusión, del todo antojadiza y sin sustento, ratifica el sentimiento popular de que de alguna forma el país es ingobernable. Es, también, una perspectiva muy cómoda y benevolente sobre los ciudadanos, bajo la premisa de que los políticos son los únicos que contribuyen al desastre nacional. Lo uno y lo otro, nos aleja del verdadero debate: rescatar al Ecuador desde la democracia. Sí, seguramente usted habrá perdido la esperanza y cree cada vez menos en el poder de los votos y la representación política; mucho más ahora que estamos a escasos días de volver a acudir a las urnas. Lo entiendo y tiene todo el derecho de sentirse así, la experiencia histórica reciente no ha hecho más que ratificar que pese a la existencia de instituciones, ninguna es garantía para nuestro desarrollo. Sin embargo, me niego a pensar que lo más idóneo para el país, sea entregarlo a un único y omnipresente personaje, que mueva los hilos a su antojo y que, sin favor, ni temor, a cualquier costo, acabe con los males que hoy nos aquejan. ¿Es necesario de un dictador para repensarnos como sociedad? ¿Está usted realmente dispuesto a ceder su libertad y el ejercicio de sus derechos?

La violencia puede y debe acabar, no es tan solo un anhelo de todos, sino también, una exigencia ciudadana para el próximo gobierno. No es secundario, ni un tema que debamos esconder debajo de la alfombra, dada la histeria colectiva por lo que vivimos; pero es igual de relevante que entre todo lo que pasa, al menos mantengamos los valores democráticos que, aunque desgastados, nos identifican y representan como nación. ¿O acaso usted se ve viviendo sin libertad de expresión, separación de poderes y derechos humanos? No hace falta un dictador, pero si un gobierno que demuestre la templanza necesaria para enfrentar a la criminalidad y paralelamente, que tenga el deseo de vencer a la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo y nos conduzca a la senda de la paz y del progreso. ¿Vivir sin miedo al futuro? Sí. ¿A cualquier costo? No. La democracia, al igual que la paz en las calles, es un insumo que debemos recuperar. El 20 de agosto es una buena oportunidad para empezar a hacerlo.

@ItaloSotomayor

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