Malqueda

Hace un año, los candidatos presidenciales, al referirse a la educación, expusieron ideas que fueron calificadas como “vaguedades”. Sin embargo, lo más serio, fue el plan de trabajo presentado por el actual presidente.

En apretado resumen, decía: al sistema educativo hay que darle la dinámica y el ritmo evolutivo de estos tiempos, es ahora un sistema rígido y agresivo que limita la innovación y progreso  en todos los niveles. También puntualizaba algunas acciones: alimentación escolar a todos, reapertura de escuelas rurales, mejora y ampliación de la abandonada educación técnica, vinculación mayor de los padres de familia.

Para lograr todo eso y mucho más, señalaba algo importante: se requiere reformas normativas, para crear programas de excelencia para los docentes y así recuperar el respeto y su prestigio.

Contrastando con el actual Plan Nacional de Desarrollo, se mantienen  los  lineamientos enunciados: potenciar las capacidades de la ciudadanía, promover una educación innovadora, inclusiva y de calidad, mayor inversión para incorporar y capacitar a más docentes, acrecentar la infraestructura, mejorar la conectividad, impulsar una investigación educativa real.

Sí que al gobierno le quedan 1240 días, tiempo largo o corto según  su agilidad y eficacia, pero  hasta el momento no hay indicios de cambios pedagógicos, técnicos y administrativos estructurales en : Bachillerato General Unificado,  Educación Técnica, Consejo Nacional de Educación, Reorganización Distrital, Evaluación de Aprendizajes, entre otros;  aunque, supuestamente las principales autoridades tienen experiencia, de la que ya dudamos,  por anuncios públicos que reflejan una novatada insensatez. Ejemplo: comentando sobre el costo de la prueba  para diagnosticar la situación de aprendizajes después de la pandemia: “… es muy costosa…” “sólo se tomarán a 42.000 estudiantes” de un total de 1´822.625.

Con esto, están apagando ilusiones y quebrantando promesas,  Ojalá el tiempo no nos dé la razón, para no llamarlos los ‘malqueda’, por no cumplir y faltar a su deber.