Los pequeños grandes maestros

Todos tenemos convicciones a las que estamos fuertemente adheridos. Son certezas y verdades que se han desarrollado sobre la base de conocimientos y experiencias. Entre muchas: religiosas, políticas, económicas que deben tener un sustento especial, lo ético.

En nuestro caso prevalecen las educativas, orientadas a sostener pensamientos, discursos y acciones en un campo social importante, buscar el bienestar de las personas; de ahí, la razón de nuestra exigencia crítica de todo lo que la dañe. Debería ser una acérrima lucha de todos y no lo es, a pesar de que sabemos: “Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena” (Gandhi).

 Alguien me dijo que esa lucha en contra de la corrupción es una utopía, porque sabiendo los perjuicios que causa, conociendo la cultura de la legalidad, como denunciarla y además, los contenidos de las leyes para evitarla, nada se ha conseguido. Por eso insisto en que los cambios tienen que llegar desde las escuelas con maestros, niños, adolescentes y otros sectores de la sociedad.

Poco tiempo atrás, la Cámara de Comercio Internacional, capítulo Ecuador, Quito, impulsó la campaña “Honestidad criolla”, culminó con   premiación a niños y jóvenes por sus trabajos en diversas formas de expresión de lo que denominaron “Crecer honesto”.

Estuvo presente, la ministra de Educación. Creo que habrá internalizado los contenidos y la metodología del evento y pedido la réplica en todas las instituciones, porque conoce seguramente de teoría confirmada en la práctica: el aprendizaje se produce en contextos microsociales e interactivos (Vigotsky).

Los trabajos serán divulgados y comentados porque como una prestigiosa pedagoga ecuatoriana (Rosa María Torres) dice: los niños pueden educarse, hacerlo con padres, abuelos y la comunidad. Son los pequeños maestros: simples, sencillos e inocentes, pero muy poderosos.

Poesía denuncia de Joaquín Jaramillo -13 años-: “La luz de la tele no me agobia, sino el tema que tratan: robos y engaños en el Ecuador”; ya un pequeño gran maestro.

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