Los Faggioni y Lasso

Kléber Mantilla Cisneros

A Guillermo Lasso la crónica roja lo envuelve. Los asesinatos en las cárceles parecen una saga terrorífica de Netflix, y hasta él es objeto de burla, al menos en las universidades, por haber lanzado sin pies ni cabeza la tenencia y porte de armas como solución a la situación de indefensión de los ecuatorianos. El eufemismo de ‘asesinato a la reputación’ no tiene nada que ver con la tortura y exterminio de Rubén Cherres Faggioni y su nexos con la mafia albanesa. A renglón seguido, una gran cadena de noticias local ni le pregunta sobre Danilo Carrera Drouet y las famosas filtraciones de audio que rebelarían la mayor red de corrupción en las empresas del Estado de hoy.

Pieza angular: la investigación policial antinarcóticos ‘León de Troya’ que desglosa la doble identidad de Cherres, el nombramiento sistemático de cargos públicos, el manejo aduanero, contratos estatales y el protagonismo de la mafia balcánica en el traslado de droga a Europa. Un libreto siniestro que llegó a oidos de los diplomáticos y jueces de Estados Unidos. Pues, se trata de una trama sorprendente que empata incluso con los delitos cometidos por el pariente, ex contralor, Carlos Polit Faggioni, quien será juzgado allá, en mayo, por lavar dinero, promover, encubrir un esquema de sobornos y mal usar las finanzas gringas. Sonó hasta amenaza cuando en las redes sociales el informante del asesinato de Cherres era el mismo exministro de Policía del gobierno de la ‘robolución ciudadana’.

¿Cuánto dinero y desde cuándo ha lavado la mafia albanesa en los bancos del Ecuador? ¿Por qué la Unidad de Análisis Financiero y Económico sospecha de las cuentas de jueces, fiscales, asambleístas, militares, policías y directores de cárceles, aduanas, aeropuertos y puertos? ¿Por qué las finanzas de las organizaciones criminales no son topadas? ¿Cuánto perdió el país por un polémico contrato entre la Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec) y Amazonas Tanker que sería la razón principal para el juicio político contra Lasso?  Acaso, ¿la presión de los movimientos indígenas y ciudadanos podrá detener la dinámica del ‘hombre del maletín’ durante el asueto de la semana mayor?

Ni más ni menos, un escenario de noticias a medias, incertidumbre y pesimismo. La denuncia de Rafael Cuesta, ex director de un canal incautado, sobre paraísos fiscales de colaboradores del Régimen que, a su vez, son accionistas de la televisión independiente, acentúan el panorama desolador de la desinformación hegemónica. El teórico Umberto Eco bien decía que no son las noticias las que hacen el medio de comunicación sino por el contrario. La manipulación siempre estuvo allí.

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