Llegar al poder

Franklin Barriga López

Una política de Panamá ha cuestionado al presidente Laurentino Cortizo, al afirmar que él no podía gobernar, por cuanto la gente con la que llegó no le iba a permitir ejercer el poder de manera responsable.

Estas aseveraciones pueden ser relacionadas con otros  casos, ya que uno de los principales errores de los mandatarios es permitir que le rodeen elementos poco preparados, como también mantener en sus cargos a oportunistas o servidores leales de caudillos identificados como feroces enemigos de los actuales gobernantes. Al interior de la administración pública se producen hechos de colosal intriga.

El éxito de un director institucional, qué digamos de un mandatario, es seleccionar y nombrar colaboradores cercanos a personas de reconocida capacidad,  prestigio e integridad humana y profesional, especialmente para que se desempeñen en altas funciones.

La dama referida, cuyo nombre es Teresita Yániz de Arias,  añadió: “La pregunta no es quién quiere sino quién puede gobernar. Las fuerzas políticas perdieron su rol orientador en la sociedad, hay descomposición ideológica de algunas estructuras de representación y organización clave como los partidos, una situación que ha facilitado la degradación del quehacer político”. Estas afirmaciones no exentas de realismo son aplicables a países como el nuestro.

En Ecuador, con más de 17 millones de habitantes, existen 280 organizaciones políticas, clara demostración de que proliferan los politiqueros. Por relacionar, recuérdese que en México, con más de 126 millones de pobladores, hay 87 agrupaciones registradas.

En el medio en que nos desenvolvemos, ha comenzado una lluvia de candidatos y más de autocandidatos para participar en las cercanas elecciones. Corresponde al votante elegir a verdaderos representantes de la colectividad y desechar a quienes hacen de la política un botín o un circo.