¿La historia volverá a repetirse?

Alejandro Querejeta Barceló

La Asamblea Nacional dio paso a un posible juicio político al presidente Lasso. Toca a la Corte Constitucional darle paso o no. De ser así, la censura culminará un proceso que comenzó casi desde su asunción a la Presidencia.

Unos ganan, otros pierden y el panorama político, de darse esta nueva coyuntura, habrá cambiado para peor. Una oposición que ha hecho de todo lo posible para entorpecer la gestión de Lasso tendrá el camino libre para, mediante amnistías, traer a sus dirigentes que huyeron despavoridos al exterior.

La democracia no es solo una herramienta para regular el poder, sino que debe proporcionar un horizonte de sentido para nuestra sociedad. No es solo el Presidente Lasso el afectado por todo este embrollo. Entre el ruido incesante de tantas descalificaciones, lo que depara el futuro a los ecuatorianos no está claro.

Nuestro sistema político funciona a la inversa: no media en los conflictos, sino que los embrutece y antagoniza. La Constitución no es solo una reserva de procedimientos, también está ahí para dar un marco a la vida política del país. En todo este tiempo algunos la han manoseado, manipulado y hasta pasado por alto a su antojo.

Al único gobierno de derechas en un país iberoamericano de la costa del Pacífico lo ahoga una crisis institucional imparable. La suma de sus errores políticos y falta de una estrategia coherente, así como la reconstrucción constante, y la mayoría de las veces desatinada, del gabinete ministerial, junto a un partido oficialista fantasmal, han abonado el camino de la oposición.

Que el Gobierno pase a quienes han participado en tantas atrocidades es un riesgo para la seguridad, la economía, el Estado de derecho y la democracia. Que vuelvan los ‘salvadores de la patria’, como quiere parte de la oposición, lejos de resolver por consecuencia de problemas estructurales no resueltos, los agravará más. Y así la Historia volverá a repetirse.

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