Judicatura y propaganda

Italo Sotomayor Medina.

Las redes sociales del Consejo de la Judicatura y su página web institucional, se han transformado en la maquinaria de propaganda de su titular. Casi a diario, se publican fotos o videos de las reuniones y diligencias que supuestamente se hacen para mejorar la calidad del servicio judicial, tanto para quienes la integran formalmente (jueces, secretarios, ayudantes y otros), como para los propios abogados y usuarios del sistema. La realidad demuestra que detrás de toda esa publicidad de supuestas mejoras, basadas en números y estadísticas que tan solo ellos manejan, no existen cambios profundos que alivien la actual crisis.

¿Quiere pruebas sobre lo que afirmo? Aquí le traigo dos. La primera, la inaceptable mentira del expediente judicial electrónico y el supuesto cumplimiento a la Ley de Transformación Digital. Esta herramienta ha existido por años y desde siempre, ha servido para leer los decretos, autos o resoluciones judiciales. El salto de calidad que se esperaba, es que desde esa misma plataforma puedan consultarse los escritos, anexos, pruebas, actas o audios de las audiencias, entre otros; sin embargo, no pasa de ser un módulo de consulta de causas con una mejor presentación que la anterior. Es decir, lo mismo, pero maquillado. Hasta que eso no exista, seguirá siendo un mero sistema de búsqueda de expedientes, con poca o nula innovación digital. La segunda, se trata de una reciente publicación en la que se sostiene que 221,604 citaciones habían sido efectuadas hasta el 11 de julio del año en curso. Lo que no dicen, ni publican, es desde qué fecha están contando esas citaciones, pues, seguramente muchas de ellas se encontraban, en el mejor de los casos, represadas por meses y quizás hasta por años; por lo tanto, no se tratan de citaciones recientes. Todo abogado sabe que el peor calvario dentro de un proceso es la citación, pero la Judicatura se siente satisfecha de su tan ineficiente labor.

Mientras se construyen estas mentiras y las publicitan como grandes y sacrificados logros del “liderazgo” de su titular, los jueces no tienen tinta en las impresoras, piden resmas de papel, cartones y carpetas mediante providencias, carecen de insumos tecnológicos de buen nivel para las audiencias telemáticas y la infraestructura de las unidades judiciales se encuentra en evidente y creciente deterioro. Los abogados, ante todas estas inobservancias y pese a las quejas diarias, sufrimos el irrespeto de una institución a la que no le importamos y no trabaja para la ciudadanía. Mienten, mienten, no dejan de mentir.

@ItaloSotomayor

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