Inmunidad bacante

Parece estar bacante la inmunidad parlamentaria que otorga fuero a los miembros de la Asamblea Nacional; bacante por la impudicia, deshonestidad y adjetivos relacionados, porque la nueva mayoría de asambleístas reiteran resoluciones que ultrajan la norma universal y suprema.

Desde hace siglos la inmunidad protege a los parlamentarios en el ejercicio de sus funciones, así generen desaguisados verbales durante sus actuaciones, que, en este momento ecuatoriano, son propios de liviana cultura política y desconocimiento de realidades nacionales e internacionales.

La serie de resoluciones, al margen de la Constitución y su Ley Orgánica de la Función Legislativa, adoptadas por la mayoría correísta, induce a pensar su deseo de posicionar, en el espectro político, conductas vinculadas a caprichos de la denominada “generación de cristal” construida desde el 2007, paradójicamente librando a sus miembros, pero arremetiendo contra quienes no lo son.

La Ley Orgánica del 22 de octubre de 2009, incluye párrafos sancionadores por sobre lo dispuesto en el Art. 127 de la Constitución de 2008, contraviniéndola, como a su turno, aquella “aplanadora” construyó la Ley Orgánica de Comunicación, que tratan de restablecerla con más severidad, porque, acaso, mantienen en mente, la alucinación de pretender gobernar 300 años con preceptos jurídicos que les den comunidad.

Inexplicable es la subsistencia de cuerpos legales aberrantes, aparentemente consecuentes con la contradictoria Constitución, pero la mayoría ha bregado por impedir su reemplazo, porque les son útiles para sus fines y objetivos políticos, que materializan cuando tienen poder de decisión, como la amnistía para vándalos protagonistas de saqueos e incendios en octubre de 2019.

Relativo es oír, en la Asamblea, sustentados debates políticos, pero cuando ocurre esto, la mayoría descalifica tales intervenciones con ruidosos adjetivos, sin ser llamados al orden por la autoridad competente, pero muestra diligencia para aceptar procesar y sancionar a quienes, verbalmente, pretenden poner freno a los escandalosos. El caso de Salvador Quishpe es el último ejemplo.

Son garantía y deber constitucional y legal de los asambleístas proponer mociones, pero dicha mayoría decidió reñir con este parlamentario derecho esencial, para destituir a Yeseña Guamaní de la segunda vicepresidencia del legislativo, a quien, con impudor y desenfado, también endosaron pretensiones de hambrear a la población ecuatoriana.

La inmunidad parlamentaria, constante en el Art. 128 de la Constitución, garantiza a los asambleístas no ser responsables civil ni penalmente por las opiniones que emitan, ni por las decisiones o actos que realicen en el ejercicio de sus funciones, dentro y fuera de la institución, por lo que la aventurera sanción repulsa la normatividad suprema, primera en el orden jerárquico normativo previsto en el Art. 425. La destitución revela el escalamiento de la mayoría para, pretender, “gobernar” desde la Función Legislativa.

Bacante: 1. Que participaba en fiestas bacanales. 2. Que participa en orgías. (Diccionario RAE) (la palabra Bacante con link a: https://dle.rae.es/bacante