Ideología

Desde siempre los humanos se motivaron por sus creencias, que definen actitudes y acciones. Hoy, los conceptos de libertad, democracia, solidaridad, etc., son la fuerza que guía en la oscuridad catastrófica de los tiempos.

Las ideologías que más motivan a las mayorías son las que proponen libertad, justicia, equidad y análisis situacional verdadero, pero actualmente están excluidas de ser ciertas.

Fukuyama declaró la muerte de las ideologías previniendo el dominio mundial del mercado, pero los teóricos sociales siguen buscando dar forma a pensamientos explicativos de la realidad y por ahí van. El escenario mundial muestra la casi desaparición de los partidos políticos, que constituían plataformas para la discusión de la organización social.

El agotamiento social por la falta de soluciones y verdad encendió la mecha y generó el llamado populismo, el hastío de promesas  incumplidas que se manifiesta desde en la violencia hasta en el oportunismo.

La ideología es el conjunto de creencias que tienen los individuos y cuyo pensamiento conforman, pero, al ser estas lo que son, se diluyen en la acción y la gente opta por la mejor oferta que el vendedor de imagen crea de la nada, apoyado en lo más débil del humano, sus emociones. Por ello vemos al planeta sumido en situaciones complejas; China con régimen controlador con ideología unificada y, en otros lados, controles  más sutiles, lo que demuestra que las ideologías son frágiles y, por ende, manipulables.

El ejercicio del poder basado en sólidas creencias masificadas puede avanzar, pero si los hechos demuestran que no hay coherencia entre el discurso y la acción, si no se satisfacen las necesidades básicas de los gobernados, todo terminará impredeciblemente, más aún en tiempos en que las redes sociales son el contacto inmediato, aunque no muy certero, que dinamiza la acción colectiva, como en las colonias de hormigas.