No hay prensa libre

Franklin Barriga López

De esta manera se ha expresado Miguel Henrique Otero que vive exiliado en Madrid y que, desde allí, dirige el equipo de trabajo de Diario El Nacional, de Venezuela, que labora desperdigado en varios países, sin desmerecer su altivez.

Pese a los graves avatares que le siguen golpeando, ocasionados por el régimen que, por más de veinte años, desgobierna la mencionada y hermana República, desde la época de Hugo Chávez, subsiste este icónico medio tan solo en edición digital, por cuanto aquel régimen sigue bloqueando el ejercicio periodístico: en el 2018, suspendió El Nacional la publicación impresa, por falta de papel. En la actualidad, se ha llegado a entorpecer el acceso a internet, para que no tenga difusión el periódico digital. Antes, entre otros atropellos, fueron incautadas sus instalaciones en Caracas.

Otero, directo y enfático, en sus recientes declaraciones se refirió al monopolio estatal en su país, en el área de la comunicación. Afirmó: “Con Maduro no hay prensa libre. El hostigamiento es prolongado a este periódico independiente, no afín o sometido al régimen chavista que sigue el modelo cubano de largo plazo que lo ha ido logrando”.

No es de extrañarse lo que contienen estas aseveraciones del digno hijo de Miguel Otero Silva y María Teresa Castillo, ambos personajes de huella imperecedera y luminosa  en la patria de Simón Bolívar, ahora doblegada por el totalitarismo, rapiña, histrionismo y falta de preparación del primer mandatario, así como de honradez de la casta dominante.

Lo que acontece en Venezuela, estulticia, depredación, decadencia, es el reflejo de lo  que se vive en Cuba y Nicaragua, donde la democracia está secuestrada.

Veamos qué sucede en el simulacro de las elecciones venezolanas, convocadas para el 28 de julio venidero; desde ya se las ha calificado como otra trampa de Nicolás Maduro, adueñado del poder por más de una década.