Ecuador 2024

Franklin Barriga López             

Al comenzar el nuevo año, el panorama no es halagador por los acuciantes problemas del país y que fueron creciendo en los últimos tiempos, especialmente por la ineptitud y carencia de patriotismo de quienes dirigieron la nave del Estado, que se encuentra prácticamente encallada.

El caso Metástasis sigue revelando la peligrosidad de lo que acontece en Ecuador. La crisis no es solo económica, de corrupción, inseguridad, abarca otras áreas fundamentales, como la política, la judicial y hasta la eléctrica y la migratoria. Uno de los indicadores, producto de lo anotado, es el desplome de la moral nacional, lo que atenta al sentido y orgullo de pertenencia, a la voluntad de ir adelante en comunidad de motivaciones convergentes.

Recordemos lo que expresó Ernest Renan (conferencia en La Sorbona, 1882): “Un país no es la simple suma de individuos: es alma, un principio espiritual, el deseo de vivir juntos, de seguir insistiendo en el patrimonio que hemos recibido en común de la nación”.

Para afianzar los componentes de un país, singularmente quienes se hallan al frente de su destino requieren conocimiento de estas y otras motivaciones y actitudes en pro de mantenerlas y promocionarlas, mediante realizaciones que fomenten el civismo basado en la enseñanza de los grandes hechos históricos y la valoración de lo mejor del territorio, puntualizando, eso sí, los desaciertos o errores, para que no se vuelva a cometerlos.

Si no existe genuino amor a la Patria sino tan solo intereses –a menudo desviados- personales, familiares o de grupo, nada puede esperarse, tan solo lo que los ecuatorianos estamos observando con estupor, debido a la nefasta herencia de nuestros representantes, salvo excepciones.

Anhelamos que las cosas cambien y el país se oriente hacia la paz, la transparencia, el desarrollo y el bienestar. Demos tiempo prudencial al presidente Daniel Noboa.