2024, principal deseo: la seguridad

Christian Pérez Escobar

El cierre de un ciclo es la puerta de inicio de uno nuevo; y sin temor a equivocarme, una gran mayoría de los habitantes de este país deseábamos empezar este nuevo año urgentemente. Pregunté a mi pequeña hija, ¿qué quisieras que cambie en 2024?, y me respondió que desea sentirse segura. Triste respuesta para un padre.

Sin duda, el tema principal que nos afectó durante el año anterior fue la inseguridad. Este año cerró como el más violento de la historia, con un récord de al menos 7.592 muertes violentas, frente a 4.426 del año 2022, lo que coloca a nuestro país como el más inseguro de América Latina, según las cifras del Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado. Es más, la violencia ahora forma parte de las principales causas de muerte en el país, ocupando los homicidios el cuarto lugar, detrás de las enfermedades cardiacas, la diabetes y las enfermedades cerebrovasculares.

Sin duda que el fenómeno de la criminalidad tiene varias causas, pero la principal es la ausencia estatal en los sectores marginales donde sus servicios no han llegado y, por tanto, el ejercicio de derechos es inexistente. Esto ha ocasionado que las actividades delincuenciales se legitimen ya que las organizaciones criminales suplen al Estado y brindan espacios de falsa esperanza para vencer a la pobreza. Así mismo, la errada política de seguridad de abundar la presencia militar y policial en las zonas de alta peligrosidad ha generado que las estructuras criminales migren, esparciendo la inseguridad en el país. No se logra entender hasta ahora que la dinámica criminal ha cambiado y por tanto la reacción estatal debe tomar otra estrategia más allá de la contraofensiva.

En fin, este 2024 trae grandes desafíos estatales, pero principalmente, sin descuidar la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado, es hora de volver a mirar a las políticas sociales no como un gasto, sino como una inversión para que el Estado recupere los espacios perdidos; y la esperanza de días mejores para las personas en situación de pobreza no provenga de las organizaciones criminales sino de las políticas públicas.