El principal problema

Franklin Barriga López

No hay día en que no se informe sobre asesinatos  —en algunos casos, verdaderas masacres—, secuestros, extorsiones, atentados y más delitos de esta índole que se perpetran en nuestro vapuleado país.

 Muestras de lo aseverado: a la medianoche del sábado, 29 de abril, en pleno estado de excepción, al menos diez muertos y varios heridos dejó un ataque realizado con fusiles a personas que, en el suburbio guayaquileño, en un taller mecánico, estaban mirando la transmisión televisada de un partido de fútbol. A esas mismas horas, en Atacames, fueron acribilladas, asimismo con fusiles, cuatro ciudadanos y heridos otros que se encontraban en un sitio de diversión nocturna.

Se ha disparado a la vivienda del exalcalde de Esmeraldas, Ernesto Estupiñán, ubicada en el centro de la mencionada ciudad. Un poco antes, en la vía Guayaquil-Playas  fueron emboscados dos miembros de la Armada Nacional que se movilizaban en un vehículo, cuando salían de Posorja; falleció uno de ellos, el otro quedó gravemente herido. Tres guías penitenciarias, que se hallaban almorzando en un sitio de comidas, frente al complejo carcelario guayaquileño, perecieron acribilladas. Policías han fallecido en el cumplimiento de su deber, cual el caso de un sargento, de 18 años de servicio en su institución, que murió al enfrentarse con malandrines que asaltaron un restaurante localizado en el Puerto Principal. Espeluznan las matanzas en las cárceles.

Lo mencionado no es más que un breve muestreo de lo que acontece, incluso actos terroristas, producto del imparable accionar de la delincuencia criolla asociada al crimen transnacional organizado, por lo cual el Presidente de la República ha reconocido que la inseguridad es el principal problema de Ecuador. Sin duda, un acierto del mandatario haber designado a los prestigiosos generales de nuestras Fuerzas Armadas, Paco Moncayo y Wagner Bravo,  consejero y secretario de Seguridad Pública, respectivamente.