El ojo del jaguar

El arte, expresión del espíritu desde los primeros tiempos de la humanidad, reproduce y transforma la realidad con poderosos contenidos, creando armonía y color para hablar sobre objetos, hechos y personas. Introduce  simbolismos que contienen percepciones y es el resultado de la interacción del creador con la vida. Así  construye el conocido maestro cotopaxense Nelson Román su obra, el estudio del  proceso evolutivo de las percepciones más allá de la simple mirada. Penetra en el oculto mundo del microcosmos que existe en seres y cosas.

Con magnificente acción acaba de donar una preciada obra de su colección a la Universidad Andina Simón Bolívar, donde hay un culto a las líderes de nuestros pueblos libertarios y debía estar presente la inolvidable heroína de nuestro caminar, Manuela Sáenz, captada por la inquieta mente de este artista que expresa la personalidad de ella, con abstracción de colores logrados por él para reflejar contenidos espirituales que permanecen en el espacio tiempo. Expresa la fuerza, ternura y pasión que flotan en torno a la imagen y encarnan todo el contenido de Manuela.

Román es un artista culto, luchador por su tierra, cuyo legado merece ser apreciado en su magnitud.  Su mensaje es armonía con nosotros mismos y la madre naturaleza. Conocido y valorado en numerosos países por sus exposiciones itinerantes, ofrece su mensaje de ansiedad y crítica sobre un mundo que comienza a desmoronarse.

El Ojo del Jaguar sintetiza la inteligencia y astucia del felino solitario que acecha con agudeza y precisión a la presa y que refleja en la magia de su mirada sensaciones profundas que fueron captadas y veneradas desde siglos atrás por  poblaciones y culturas nativas del continente.

La donación del retrato de Manuela en la fecha conmemorativa del natalicio del Libertador Simón Bolívar ha sido un gran acto de desprendimiento  mostrando por qué brilla el ojo del Jaguar.