Crucificado

Eduardo F. Naranjo C.

Cuando dominan fuerzas ocultas enraizadas en la mafia-política la justicia tiene inclinación y el resto somos espectadores inmóviles de un trágico escenario social  al que ‘nuestro’ país descendió.

En medio de este torbellino nombro a alguien que conozco. Sé que es un ser humano bueno que el destino puso en situación desastrosa por un momento de debilidad,  Carlos Pareja Y., que fue  gerente de Petroecuador y seducido por un grupo de pícaros, especialmente aquel que manejó los turbulentos negociados de  refinería Esmeraldas y planificó todo— hoy, libre gracias a que le sobró dinero para el reparto—.

 A Pareja le convencieron con una cuenta en Panamá que hoy está confiscada por Fiscalía y por eso sigue en la cárcel, pese a haber cumplido el tiempo mínimo para salir. Buscó justicia pero jueces, fiscales y abogados siempre pidieron su parte, que él no pudo dar porque no dispone absolutamente de dinero, pero sigue ahí pagando por todos.

Este ingeniero entró en depresión y desesperación, trató de suicidarse pero no  logró  y continúa siendo quizá la única víctima de un sistema corrupto que lo acusa y retiene. Solicitó el indulto presidencial al cristiano numerario del la ‘Obra’, Guillermo Lasso, quien debería cumplir sus principios, salvo ‘razones’ que tendrá, porque Pareja tiene información clave. Esta historia muestra cuan aberrante, trágico y grave es el sistema que nos rige y que en los últimos tiempos evidencia claramente en manos de quiénes estamos. Por eso hay humanos convertidos en ‘mártires’ de una sociedad corrupta.

El caso de este prisionero es singular. Muestra que quien cae por error o ingenuidad en manos del sistema que controla este país, no está a salvo y no encontrará a quien reclamar ni pedir salvación. Si carece de dinero será crucificado. Condición social gravísima en la que vivimos, la mentira y la desconfianza son cartas en la jugada y, si es  ficha clave, no tendrá nunca justicia; pagará por los pecados de todos.