Pasa tanto y tan poco en Ecuador, que parecería que no queda espacio para las noticias positivas. ¿Será que nos hemos acostumbrado a vivir en medio del cabreo y la desilusión? Yo me animo a pensar que somos más que el político corrupto que copa la primera plana de un diario, la banda delincuencial que tiene atemorizada a un barrio entero o la desigualdad social que a nadie, menos al gobierno, le interesa atender y resolver. ¿Tenemos razones para pensar con más color y alegría?
En el país tenemos la trastocada idea de que solo el deporte nos da entusiasmo y de alguna forma nos sostiene el aliento. Sin duda, saber que Carapaz compite al más alto nivel, que la Selección jugará el partido inaugural del Mundial o que Barcelona está clasificado a la final del campeonato, son escenarios que nos motivan. Pero, ¿en serio no hay nada más? Me niego a pensar que los triunfos deportivos del país se constituyen en nuestra única fuente de felicidad y buenas noticias.
Pasa, también, que nos hemos acostumbrado a ser meros espectadores de lo que la clase política de turno hace con nuestras vidas. Naturalmente, los elegimos para que dirijan y administren nuestro rumbo como sociedad; sin embargo, vivimos un tanto inertes, sin movilidad aparente, sin ganas. ¿Qué nos pasa? ¿Cuándo empezaremos a organizarnos colectivamente y a retomar el rumbo? ¿Qué hace falta para levantar la moral nacional?
No le pido que se abstraiga de la realidad social, ni que se cuide menos al salir de casa o que se vuelva devoto de una opción política, pero sí que tome mayor acción desde los detalles y las pequeñas cosas que pueden generar un impacto positivo para todos. Sí, los políticos seguirán siendo políticos, pero usted puede ser más ciudadano, más demócrata y aún más participativo en el debate social. Hacerlo es tarea de todos.
@ItaloSotomayor
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