Francisco Escandón Guevara
Ha pasado una década desde que el gobierno de Correa decretó la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní. Al ampliar la frontera hidrocarburífera, el prófugo condenó al país a la reprimarización de la economía, prolongó el extractivismo y desmintió su cantaleta del cambio de la matriz productiva.
Tras la decisión del caudillo, las instituciones plegaron a sus órdenes. Las movilizaciones juveniles fueron reprimidas, los espacios públicos restringidos y la Consulta Popular frustrada por un autócrata que tiembla ante la decisión del pueblo, sea esta en la calle y/o en las urnas.
Institucionalizado el fraude, inició la explotación petrolera en el bloque 43. Allí, en los últimos seis años, se perforaron 225 pozos, se extrajeron más de 120 millones de barriles de crudo y se obtuvieron 4000 millones de dólares en utilidades que desde el 2020 se destinan, por mandato de la Ley de Finanzas Públicas, al pago de la deuda externa.
Por si fuera poco, el Estado oculta los pasivos ambientales y sociales, nada se conoce de los desplazamientos forzados de los pueblos no contactados, de los daños ambientales cometidos o de los sobreprecios en la infraestructura petrolera. Así es el extractivismo, mitifica la demagogia del desarrollo, pero en realidad privatiza las ganancias y socializa la pobreza.
El daño está hecho, pero aún se puede detener. Gracias a la persistencia y a diversas luchas, especialmente del colectivo Yasunidos, la actual Corte Constitucional aprobó la convocatoria a Consulta Popular para que el pueblo decida si está de acuerdo en mantener el crudo del bloque 43 indefinidamente en el subsuelo.
Esta Consulta será paralela a las elecciones anticipadas y se convertirá en un instrumento que servirá para desenmascarar a los presidenciales. Sería un contrasentido que la candidata del prófugo se declare ambientalista o que los herederos de los gobiernos petroleros de Moreno y Lasso se disfracen de ‘pachamamistas’. No podrán vender humo quienes ya gobernaron, la mentira y sus ambigüedades quedarán expuestas.
De entre los ocho presidenciables, sólo Yaku Pérez tiene la credibilidad para vincular su campaña con la protección del Yasuní. Su vida identificada con la defensa del agua y la naturaleza son credenciales suficientes para capitalizar el voto positivo de la consulta.
La descarbonización de la economía es una tarea urgente, aplazarla es riesgoso para la misma especie humana.
@PanchoEscandon