Cinco años y medio

Italo Sotomayor Medina

Italo Sotomayor Medina.

Si de lanzar los dados se trata, el tablero electoral nos propone un período presidencial ampliado de cinco años y medio. Es difícil pensar que el electorado se va a permitir tener dos presidentes o tendencias distintas en año y medio. En poco tiempo será difícil borrar la imagen del desgobierno de Lasso, por lo que la muletilla que se impregnará en el discurso del próximo presidente, será la de imponer la necesidad de 4 años más. De allí la importancia de estas elecciones y de analizar con paciencia y esperanza, el destino de la nación.

Las encuestas preliminares dan como favorita a Luisa González, la única mujer de la papeleta y ferviente soldado de la Revolución Ciudadana. Hasta el momento, su voz es una reproducción exacta de cualquier tuit o comunicado de prensa de Rafael Correa. Se ha limitado a hablar de la persecución política a sus coidearios, de la traición de Moreno al partido, de la destrucción de las políticas públicas de la década pasada y del mal gobierno de Lasso. Es decir, más de lo mismo. Luego están los empresarios, Jan Topic y Daniel Noboa. El primero, auspiciado por el Partido Social Cristiano (o lo que queda de él) y quien se ha mostrado como el ‘outsider’ que sanará al país de la inseguridad, dada su experiencia como combatiente de guerra. El segundo, un joven con una interesante trayectoria académica que busca poner nuevamente su apellido en el escenario político nacional. Sigue Fernando Villavicencio, el ‘denunciólogo’ que llegó a la Asamblea y ha tenido éxito en estremecer a varios funcionarios públicos, pero que a la vez, en especial en este año, fue aliado del todavía presidente Lasso en el legislativo. Hecho cierto, pese a que lo niegue y quiera ahora desmarcarse de lo que todos vimos.

También está Yaku Pérez, quien hoy se encuentra políticamente debilitado pero, a la par, es el que parecería tener mayor posibilidad de crecimiento hasta el día de las elecciones. Su discurso sobre medioambiente y recursos naturales parece no ser relevante ante la coyuntura actual. Sobre economía y lucha contra la delincuencia organizada, se le ha escuchado poco o nada. A Xavier Hervas, el ‘outsider’ de las elecciones pasadas, se le augura menos votantes que hace dos años. Quedó diluido en el escenario político y fue acusado, sin sustento comprobable, de querer sacar ventaja en el tratamiento tributario de sus negocios, frente a la votación de la Izquierda Democrática en un proyecto de ley del actual gobierno. Fuera de aquello, es casi nada lo que se volvió a escuchar de él en las discusiones políticas del país. Y, finalmente, está Otto. El único que a mi parecer tiene un discurso mesurado, propositivo y con experiencia en el gobierno. Le reconozco cualidades de estadista, parece ser un demócrata. Se le critica la forma en la que abandonó la vicepresidencia en el gobierno de Moreno.

Como podrá observar, las opciones presidenciales son de lo más variadas. Sin embargo, merecen ser auditadas con profunda convicción democrática. Es normal, porque es connatural a la condición humana, que lo analicemos todo desde nuestra propia conveniencia y desde lo que parece urgente. Sin duda, abatir a la delincuencia y retornar a una convivencia social más pacífica, es una necesidad que no puede esperar. No obstante aquello, cuidado cometemos el error de malgastar nuestros votos en una sola necesidad y no en una postura que reúna una solución integral para el país. El riesgo de volver a avalar proyectos políticos autoritarios o a personalidades empresariales sin experiencia desde lo público, puede acrecentar el retroceso al que hemos estado sometidos. Urge reflexionar y poner las ideas en orden; tenemos hasta agosto.

@ItaloSotomayor

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