Gobernar en crisis

César Ulloa

No es lo mismo gobernar en una época de bonanza a otra de profunda crisis. Al presidente electo, le tocará resolver la segunda y con escasos recursos. Por un lado, la economía arrastra un déficit y, por el otro, hay incertidumbre del juego político que plantearán los partidos representados en la Asamblea, así como en los gobiernos seccionales y locales, y las fuerzas sociales. En un momento de tal gravedad, la población exige el menor conflicto y, más bien, la construcción de un acuerdo nacional en aspectos fundamentales como la seguridad, el empleo, la lucha contra la corrupción y la impunidad.

Esto significa convertir la compleja situación que nos atraviesa en una oportunidad, sin embargo, eso dependerá de que Daniel Noboa sepa tender puentes con diversos sectores, gremios, colegios profesionales, sociedad civil y políticos en un acto democrático y de generosidad, además de sensatez y proyección a futuro. No importa cuántas veces se haya hecho intentos por dialogar sin resultados favorables, no obstante, esta podría ser la mejor coyuntura.

El país ya no da para más, lamentablemente, y nadie quiere seguir sacrificando el presente y el futuro por la irresponsabilidad de los grupos de poder que siguen sin ponerse de acuerdo en desmedro de una población desesperada por cambiar su condición de vida. Basta mirar las exitosas experiencias de varios países como España y Chile que nos enseñan, que sí es posible concertar, pese a las abismales diferencias entre quienes se sentaron a las mesas de negociaciones. Aunque no debería producirse un pacto social, exclusivamente, por una crisis, la realidad nos estaría empujando hacia allá.

Se podría comenzar un proceso de acuerdo nacional por los temas, en los que nadie disiente como el combate a la desnutrición crónica infantil, el acceso a la educación, la atención digna y de calidad en los hospitales, y la seguridad social. Luego se podría seguir escalando. Un pacto social no solo es necesario, sino una muestra de inteligencia social y supervivencia. No será fácil gobernar en crisis, pero no es imposible si todos nos ponemos la camiseta tricolor.