Carrera a Carondelet

Italo Sotomayor Medina

Italo Sotomayor Medina.

Bien advertidos estamos que esta será una elección presidencial extraordinaria, atípica y al apuro. Sin embargo, ninguno de los actuales actores políticos que se perfilan para la presidencia, parece haber entendido la verdadera relevancia de lo que nos jugamos. Las actuales candidaturas demuestran una sola cosa: la dispersión de egos. ¿Es mucho pedir que existan alianzas, consensos y diálogos para compartir planes de trabajo e ideas para reconstruir al país?

Sabemos que el nuevo presidente se limitará a cumplir el tiempo restante que Lasso no completará; pese a aquello, muchos incluyen en sus discursos una serie de planes e ideas como si se fuesen a ejecutarlas dentro de un período presidencial de 4 años. Lo urgente, sin duda, es tomar decisiones inmediatas en lo que se refiere al combate al crimen organizado y al narcotráfico. Solo un plan verdaderamente articulado entre la administración de justicia, los gobiernos provinciales y seccionales, la fuerza pública y un presidente sin miedo, podrá lograr que recuperemos la paz que antes teníamos. Pero, si lo piensa muy bien, ese plan es uno de los tantos que deben ofrecernos, ¿o acaso usted cree que los enfermos pueden aguantar un año y medio más sin medicinas y equipamiento hospitalario? O, en su defecto, ¿cree que los jóvenes pueden soportar el desequilibrio escolar como consecuencia de la desatención gubernamental? Esto, aunque no va a resolverse en poco tiempo, requiere de una organización ejemplar, es decir, algo que solo un verdadero estadista pueda lograr.

Ya sabemos que Lasso, pese a lo mucho que alardeó por años, nunca estuvo preparado para gobernar. Hoy, aunque parezca chiste, lleva con orgullo la idea de que la historia lo recordará como el primer presidente en activar la ‘muerte cruzada’. Cree que sus niveles de popularidad se han elevado, por el mero hecho de haber mandado a la Asamblea Nacional a su casa. Sí, eso es causa de satisfacción en la ciudadanía, pero olvida que la segunda parte de su decreto, es que en cuestión de meses, él también regrese a la suya. ¡Plop!

El país necesita, en estos tiempos de extrema incertidumbre, alimentarse de democracia. No hace falta un ‘Bukele ecuatoriano’, Rambo o de un superhéroe; se requiere de un verdadero estadista, sin ego, que esté dispuesto a servir al Ecuador. ¿Identifica a algún candidato con estas características?

@ItaloSotomayor
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