Otra vergüenza de la humanidad

carlos-freile-columnista-diario-la-hora

Carlos Freile

Hay silencios y silencios. No es lo mismo callar por respeto ante un muerto que hacerlo por miedo a su asesino. También hay gritos y gritos; ya sea para condenar ciertos crímenes, ya para aplaudirlos, véase si no el caso de Hamás. Por ahora pongamos los ojos en una tragedia silenciosa y silenciada: casi nadie habla de ella, y si lo hace, los grandes medios no los toman en cuenta, este es, por ejemplo, el caso de Mel Gibson frente al éxodo armenio de Nagorno-Karabaj (Artsaj para sus habitantes). Pero, es obvio que no se puede dar eco a un católico capaz de haber filmado la ‘Pasión de Cristo’, el colmo de la incorrección política. Gibson ha apoyado a la escritora armenia Antonia Arslan, autora de obras sobre la desgraciada suerte de su pueblo.

Nagorno-Karabaj es un enclave armenio dentro de Azerbaiyán, separado de la Armenia propia. Allí vive desde hace miles de años parte del pueblo armenio, el primer reino cristiano de la Historia. Por obra de los comunistas soviéticos, con Stalin a la cabeza, quedaron separados de sus hermanos y rodeados de azeríes musulmanes. Hasta hace poco, y de acuerdo con tratados internacionales, un corredor permitía el contacto de Artsaj con Armenia, pero en las últimas semanas los azeríes lo han ido cerrando poco a poco. En consecuencia los armenios artsajos se han visto obligados a emigrar, pues saben que de permanecer en su tierra ancestral serán exterminados: más de cien mil personas huyen sin la menor reacción de los defensores de los Derechos Humanos; conste que la Cruz Roja ha calificado este exilio como “una tragedia absoluta”, pues se trata de una auténtica limpieza étnica de bajo perfil.

Los azeríes tienen el apoyo total de Turquía, país que llevó a cabo el primer genocidio del siglo XX con la matanza de millón y medio de armenios (existen fotos de decenas de mujeres crucificadas). El historiador turco Taner Akcan ha denunciado que soldados azeríes llevan un distintivo con la imagen de Enver Pachá, el mentalizador de las matanzas de 1915, con la leyenda: “No escaparás, armenio. Morirás simplemente de cansancio”.

Una civilización con elementos que vienen de casi veinte siglos (iglesias, monasterios, iconos, escritos que datan del siglo IV d.C.) desaparecerá en semanas, ante la vergonzosa indiferencia de la Humanidad, tan inhumana cuando no le es útil ser humana.

(Nota: si ya encontró en el mapa Nagorno-Karabaj, busque Tigray, región de Etiopía, en dónde una guerra civil destroza la existencia de millones de personas desde hace algunos años, sin que a nadie le importe).