Alborotadores

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

Muchas personas no han solucionado sus propios problemas, por tanto, no están en capacidad de entender los problemas sociales; si su interior es un caos, lo será su hogar y sus relaciones con los demás. Cuando no se han comprendido a sí mismos y se encuentran en un estado de confusión, van creando graves problemas en el medio en el que viven.

Quienes anteponen el alboroto y la política a su cargo o su profesión lo hacen porque no están preparados para solucionar problemas; más grave aún, cuando la corruptela siempre ha estado presente en los diferentes países, gobernados por democracias o dictaduras, donde muchas normas se han quebrantado por dinero y con el abuso del poder. En el imaginario popular, los alborotadores suelen estar relacionados con la política y el enriquecimiento ilícito; y, en todos los ámbitos sociales se encuentran ligados a muchas instancias del poder, por ello, se puede decir, se encuentran vinculados con la corrupción política, económica, pública y hasta religiosa.

El alboroto y la política les mantiene ocupados y distraídos en sus quehaceres diarios, lo que les hace olvidar que son ellos el problema de la sociedad y del país; por tanto, hasta que no resuelvan sus problemas, hagan lo que hagan, complicarán aún más las cosas. Las dificultades persisten en las personas que no han logrado organizar su propia vida; si sumamos la falta de empleo, los problemas de salud, alimentación y vivienda, la pandemia, todo se torna un caos, muy bien aprovechado por los alborotadores para ganar réditos personales, negar o encubrir sus picardías e impedir se les investigue y la justicia dé con sus fechorías.

El país tiene leyes que tipifican claramente las formas de corrupción y establecen penas para cada una de ellas. No es cuestión de opiniones; los hechos así lo demuestran y deberá aplicarse la ley, caiga quien caiga. En los últimos años, con tantas elecciones, muchos políticos han logrado convencer a los votantes, llegando a ocupar cargos de elección popular, supuestamente para solucionar problemas; el fracaso es evidente. El país ha caído en una crisis moral sin precedentes y solo podrá salir sancionando a los responsables.