Educación ‘antimachista’

Una reciente entrevista realizada a Neisi Dajomes, Tamara Salazar y Angie Palacios, grandes exponentes del deporte ecuatoriano causó la indignación de muchos espectadores que sin duda alguna supieron interpretar muy acertadamente las preguntas del periodista tales como “¿qué tal eres para cocinar?”, “¿Para lavar platos?”, “¿Sales a discotecas?”, “¿Cómo estamos con los hombres y enamorados?”, como una evidente e indudable conducta machista y sexista, pues cabe recalcar que dichas preguntas ni siquiera iban con el contexto de la entrevista y surgieron abruptamente después de que la medallista olímpica, Neisi Dajomes, se encontraba relatando el poco apoyo que recibió de parte del Comité Olímpico. Muchas personas justificaron tal comportamiento con la excusa de que la intención del periodista era brindar una imagen más cercana de estas mujeres reconocidas internacionalmente, pero tomando en cuenta el estilo de la entrevista, nada más inaceptable que recurrir a preguntas que jamás se realizarían a medallistas hombres y que se puede definir únicamente como lo que fueron, unas preguntas misóginas.

Y esta es una situación que nos permite evidenciar una problemática de trasfondo muchísimo más grande con la que coexistimos en la sociedad ecuatoriana: el machismo y una sociedad marcadamente heteropatriarcal, que se evidencia en todos los ámbitos, algunos de los más evidentes y que penosamente han sido normalizados se encuentran precisamente en la televisión ecuatoriana, donde se toma como una burla la violencia de género y la cosificación de la mujer. Muchas de estas conductas se deben a una educación no solo académica sino también familiar donde se tiende a formar con estereotipos de género que estigmatizan desde la forma de vestir hasta la forma de vivir las emociones y que afecta tanto a hombres como a mujeres.

Las consecuencias de la perspectiva tradicionalista, patriarcal y machista de nuestra sociedad las vivimos diariamente en diferentes aspectos de la vida, que principalmente someten a una discriminación interseccional. El caso de la entrevista no es un caso aislado; precisamente por eso es importante visibilizar y exponerla como lo que fue, una conducta reprobable, misógina y machista.  La indignación ante estas situaciones  permite que la sociedad desnormalice estas conductas, se haga conciencia sobre las mismas y se erradiquen de raíz.

Leslie Milena Rodríguez Rosero.