Personaje

PERSONAJE
PERSONAJE

Lascivo esplendor, el que nos trae Andrade Heymann

Juan Andrade Heymann vive entre palabras, oraciones, párrafos, libros… desde que tiene 14; edad en la que se inició como escritor ‘publicado’ al elaborar comentarios de libros que le marcaban su interés para un suplemento del periódico El Comercio. Un año más tarde, en 1961, la Casa de la Cultura Ecuatoriana, gracias a Benjamín Carrión, publicó ‘Cuentos extraños’ un libro de 10 cuentos, ‘extraños’ pues como Juan dice “la temática no era común en esos tiempos, los cuentos tenían mucha imaginación y mucha fantasía”. ‘El lagarto en la mano’ vendría después, libro que en conjunto con ‘Cuentos extraños’ sería catalogado como obras que marcaron un punto de giro en la narrativa ecuatoriana.

Era obvio, y Juan lo supo desde su adolescencia, su vida de una u otra manera iba a girar alrededor de los libros. Lector apasionado, mientras su escritura progresaba y adquiría características propias, admirador de las obras del escritor ucraniano Anton Chéjov y de la literatura rusa, de la cual recibió influencia, además de algunos otros literatos ingleses.

Pasarían los años y el nombre de Juan Andrade Heymann fue apoderándose de un lugar y un reconocimiento en la literatura ecuatoriana y de América Latina.

A medida que transcurría el tiempo las obras de Juan se multiplicaban. El escritor trabajó en varios géneros; narrativa, poesía y teatro serían ‘territorios’ recorridos en sus trabajos.

‘Anécdotas de vuelta y media’ (1973), ‘La erección de San Fernandito’ (1975), ‘Las nueve novelas no ejemplares de la señorita Hincapié’ (1977), ‘Solo por esta noche’ (1986), ’26 años de vacaciones’ (1988), ‘Las tertulias de San-Li-Tun (1993), ‘Alerta Roja’ (1995), ‘Último amor’ (2002), ‘El descubrimiento de Américo’ (2002). Entre sus trabajos poéticos están ‘Coros’ (1964), ‘Acto’ (1973), ‘Furores concretos’ (1980), ‘Lascivo Esplendor`(1985), ‘Cabaret Picasso’ (1991).

En lo que se refiere a teatro Juan escribió ‘Campoverde’, ‘La respuesta’ y ‘El General de plomo’.

Andrade Heymann ha recorrido el planeta, por distintos motivos que la vida le ha dado a él y su esposa (Rocío Madriñán, escritora también). Ha residido en varios países y continentes. Madrid, Trieste, Schwaebisch Hall, Bruselas, Hamburgo, Pekín, Nankín, Sían, París, Madrid, Montevideo, Washington, Nueva York, La Habana y Buenos Aires. Esa condición de ser en cierta forma un ‘ciudadano del mundo’ ha hecho que sus obras adquieran esa dimensión de universalidad, ya sea en sus relatos o en su poesía. El autor refleja varios momentos de su pasado, de sus recorridos y vivencias, que de alguna manera pasan a ser inmortalizados por medio de su puño y letra, y que al ser leídos por otros, pasan a ser comunales y ya no sólo de él.

Lascivo Esplendor y otros poemas
“La persona que escribe poesía sufre un proceso de decantación, debe procurar sintetizar MUCHO, en pocas líneas. Algo sintético, concentrado, condensado”, afirma Juan. En su último libro ‘Lascivo Esplendor y otros poemas’ (2006) ha recopilado lo que considera “mi mejor poesía”.

El libro, de 170 páginas, cuenta con varos trabajos poéticos que han sido fruto de más de 40 años. La obra recoge poemas de todos sus poemarios, desde sus primer trabajo poético Coros (1964) hasta Cabaret Picasso (1991).

Juan en su poemario escribe “lo poético no puede ser considerado en abstracto sino ligado a la historia, a su movimiento, a su época, a la edad de los poetas, a su sensibilidad y personalidad siempre cambiantes, a su ubicación social, a su ciudad, a su país, a su cultura, a su tradición. Es decir, echando por los suelos todos los dogmas y asesinando (figuradamente) a los dogmáticos”. Y es precisamente así como debe ser leída esta obra, ‘Lascivo Esplendor y otros poemas’ encierra de manera precisa lo expuesto anteriormente: a medida que se leen los poemas nos vamos dando cuenta del desarrollo de Juan Andrade Heymann, de sus caminos recorridos como persona (pasando por su juventud, hasta llegar a su madurez, parando en cada lugar en donde vivió), y también lo recorrido como escritor y como poeta, recorrido que no se agota, pues pronto nos deleitará con nuevos trabajos. Que así sea.