El librero

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¿LIBROS?: si así llueve que no escampe…

Ya viene diciembre y nos inquirirán a los Libreros: ¿cuáles son los libros más vendidos? Y la hojarasca de lo ‘light’ se llevará los ‘laureles’ del mercado librero. Y si prima lo honesto, los mejores libros serán los que han nacido de los grandes proyectos. ¿Ejemplos?: Biblioteca Básica de Quito del FONSAL; Colección de novelas ecuatorianas contemporáneas del Programa Rescate Editorial del Municipio de Guayaquil; Poesía Junta de la CCE; Biblioteca del Centenario de la CEN y lo que hace Iván Egüez y su Campaña de Lectura Eugenio Espejo, Libresa y su colección Antares que ya llega a los 200 títulos. Y no quiero omitir Escritores de Quito (FONSAL y La Palabra Editores). Y más allá de que regalen (irán a manos de quienes decoran sus bibliotecas) o vendan; son ideas provocativas, trascendentes; que van más allá de los Coelhos o Cuatemoc Sánchez, que pasados algunos años serán olvidados, como se olvida lo inútil, lo ‘chatarra’.

La generosidad de Carlos Calderón Chico hace que conozca las primeras nueve novelas del proyecto del Municipio de Guayaquil, bajo la batuta de Melvin Hoyos, Javier Vásconez, Yanko Molina…Se ha jugado la estética y por qué no la ética a la hora de elegir a los consagrados; pero sin olvidar que muchas de estas obras todavía circulan en otras colecciones. Pero lo que abunda no hace daño ¿no es cierto? Vuelven Adoum, Egüez, Jorge Dávila, Marcelo Báez, Jorge Velasco, entre otros.

¿Y cuándo comercializaremos los libros quiteños? Patricio Herrera, puntual, comparte los cuatro primeros volúmenes de la Colección Escritores de Quito (FONSAL- Ediciones La Palabra). César Arroyo, Gonzalo Zaldumbide, Benjamín Carrión y Jorge Fernández retornan a la palestra en la correspondencia, ensayo, cuento. Gustavo Salazar, Efraín Villacís, Raúl Pérez, ayudan a conocer más de cerca de los nombrados. Quizás esta Biblioteca no desfallezca y el FONSAL no cierre su “arca”…
El Banco Central del Ecuador sigue austero, pero riguroso. ¡Ay, si ese criterio primara en algunas editoriales ecuatorianas, que gastan papel y tinta en cosas baladíes y sin consejo editorial! Ernesto Albán o Don Evaristo Corral y Chancleta (Tomo 6 de la Colección Biografías Ecuatorianas) es el libro del mes. Y han tenido el acierto de escoger a María E. Paz y Miño para esta necesaria investigación (añaden un DVD con 4 estampas). Hay que agradecer y felicitar.

¡Qué acierto de Wilman Ordóñez Iturralde!: compilar y hacer una historia de un ícono de la cultura popular guayaquileña: Barricaña. ¿Por qué no ponen entre los colaboradores a Carlos Calderón Chico? ¿No fue este amigo uno de los mejores promotores y animadores? Son 16 años y sigue campante ¡qué bueno!

¿Y qué significan los 30 años del premio literario ‘Aurelio Espinosa Pólit’? ¿No debería alguien contar su historia íntima? Carlos Vallejo es parte de este festejo. Su poemario La orilla transparente se lleva cinco mil dólares. Se nota que es un buen lector, porque conozco ‘poetas ágrafos’.

Los que han leído La guerra de la funeraria, de Byron Rodríguez, no han sido defraudados. Bestiario de cenizas, ya señalaba su ruta de gran narrador. Conocemos su ‘lentitud’, que es sinónimo de respeto por la escritura. Diez años de corregir y corregir ¡nos consta! ¡Que se lea y se venda! PLANETA se lleva el acierto…
Creí que Martha Camacho Terán había jubilado su pluma. Arrinconando su prosa limpia, morosa, intimista; recuperadora de su memoria. Pero, no. Rodrigo Riofrío trae: La vieja hacienda y Atardecer en Agra (bellas ediciones). Lectura apta para estas tardes frías. Retazos, medallones que hacen al final un todo: la evocación. Prosa inclasificable, pero que al final se agradece.

Mariana Falconí es incansable. Tiene miles de “forofos” lectores. Ahora se fue por el fútbol. Alma de campeón ¿es una historia de Edison Méndez, Ulises de la Cruz o del Juncal? Hay que leerlas en escuelas y colegios. Mercedes Falconí se aleja de las ficciones para los niños (mercado que se va saturando) y como un divertimento casero nos entrega No digas que fue un sueño (Posada de Borges). Cuentos que no complican al lector. Que le dejan pensando. ¿No es mérito suficiente?

A Renato Gudiño se le metió el bicho de la escritura. Le cogió el gusto. Destino de papel es su nuevo libro (El Conejo) ¡Habrá que leerlo!… ¡Qué tarea troyana de Juan F. Morales, al hacer su tomo primero del Diccionario Biográfico del Carchi! (1534-2000). Seiscientas páginas, 1500 minibiografías. ¿Qué más? Ya está en vitrinas: Chulla vida, de Alejandro Ribadeneira (Eskeletra: ¿cuándo hacen una ficha de créditos completa?); Leyendas del Amazonas de Vinicio Ortiz (están sabrosas); El ferrocarril en el cielo de E. Harman y K. Robinson. No asoma Letras del Ecuador Nº 100. Pero llegó Viva La Ronda Nº 6; La Casa Nº 57 (apenas arribó un solo ejemplar). ¿Se olvidaron de las Librerías? Igual Ex- Libris (sean generosos con Libreros ¿no les parece?); Voces. Periódico del Cooperativismo Nº 12, que cumple un año y andan felices. No es para menos… América Latina en movimiento Nº 424-425 trae rica lectura: Suramérica. Movimientos sociales ante nuevos desafíos…

¿Congratulaciones?: a Jorge Luis Narváez. Ganó el Premio Augusto San Miguel y Un Puente de Tierra (Alpachca) será película. A Wilson Pico, a su tenacidad por llenar de danza al país durante 40 años (no le llegará nunca el Premio Espejo). “Las obras de Eugenio Espejo viven bajo el velo del misterio”, reza un dato en la prensa. ¿No tiene la CCE arrestos para emprender su publicación? ¿El Ministerio de Cultura? El 2009 está cerca…

Un aviso ‘comercial’: cerca de 4 mil ejemplares (entre libros y folletería) que formaron parte de la biblioteca del geógrafo Francisco Terán está a la venta. ¿Habrá alguna institución cultural que ‘salve’ este patrimonio bibliográfico. El país no sólo pierde “custodias”, por si acaso. ¡Por hoy basta! Sigue el ‘aguacero’ de libros. Amén.

*Librero de La Española