Sin excusas ante la desnutrición

Hay ciertas amenazas ante las que debería ser sencillo construir un consenso. Un asunto que ocasiona daños permanentes en la salud de quienes la sufren, como la desnutrición infantil crónica, no debería jamás ser un asunto político, sino humano. ¿Quién podría oponerse a la solución de un problema en el que confluyen dos temas fundamentales, como la salud pública y la niñez ecuatoriana?

Pese a todo el crecimiento económico que el país ha experimentado durante varias décadas, a las sustanciales mejoras en la productividad agrícola y en comunicación, y al abundante progreso tecnológico, la sociedad ecuatoriana no ha experimentado un avance similar en la reducción de la desnutrición crónica infantil. Al respecto, las élites y la clase política le deben una explicación a la población, y recae sobre ellas la obligación de pactar una solución sostenible y a largo plazo.

Ecuador no tiene ya una excusa válida para que la niñez siga plagada por la desnutrición. La infraestructura vial y energética, la coordinación institucional y la producción alimentaria del país permiten plenamente remediar el problema, pero las dos aristas que requieren intervención estatal, la educación y la descoordinación del mercado, continúan perpetuándolo.

La solución será compleja y requiere un plan de acción innovador y agresivo,  pero no es un problema de escasez, sino de coordinación. Entusiasma pensar cuán diferente será el país cuando dejemos de sacrificar el futuro y su capital humano.

FRASES DEL DÍA

«El arte y el orden son dos parientes que se rehúsan a llevarse.”
Elfriede Jelinek (1946), escritora austríaca

 

«La más repugnante forma de mentir es decir toda la verdad ocultando el alma de los hechos.”
Juan Carlos Onetti (1909-1994), escritor uruguayo