Desnutrición infantil: nuevo gobierno, mismos errores

En una columna pasada traté sobre la multidimensionalidad de los problemas de desarrollo y cómo las soluciones a estos serán efectivas sólo si se abordan de dicha manera. Esto es especialmente evidente en el caso de la desnutrición crónica infantil (DCI).

Sin embargo, en recientes declaraciones, el Secretario del Plan Toda una Vida y quien liderará la estrategia contra la desnutrición infantil, trata la DCI como un problema alimenticio y ‘del hogar’ que se resuelve con alimentos y educación nutricional, replicando las mismas ideas equivocadas que han obstaculizado, por más de 30 años, la implementación de una solución efectiva para este problema.

El Secretario ignora que el primer frente es la gestación. El Estado debe asegurar que las madres accedan a controles prenatales óptimos. Y dado que muchas madres también sufren de desnutrición, se debe asegurar la lactancia materna estableciendo bancos de leche humana.

Además ignora ejes fundamentales como el paquete de vacunas que deben recibir los menores de dos años, el acceso a agua segura, el seguimiento nominal a cada niño y madre, y la medición estadística para analizar la evolución de la DCI. Tampoco menciona que ya existe una estrategia técnica, construida con cooperación internacional (decreto 1211) que incluye los ejes mencionados. Paradójicamente, dice que el trabajo contra la DCI será política de Estado, cuando las políticas de Estado solo se logran con continuidad entre gobiernos, no empezando todo desde cero.

El liderazgo en este tema debe nacer al más alto nivel del Ejecutivo, dada la tarea de coordinar y exigir rendición de cuentas a varios ministerios. Dejarlo en una secretaría con un rango igual o menor a estos es un error de diseño institucional.

Para combatir la DCI se necesita verdadero liderazgo político y conocimiento técnico. Solo así se evitará cometer los mismos errores del pasado.