El partido comunista celebró su octavo congreso, en medio de un escenario marcado por la grave crisis económica que atraviesa la Isla.
Redacción LA HABANA
EFE
Los 300 delegados al VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC, único) analizaron los documentos que guían el cónclave, con énfasis en las reformas económicas anunciadas hace una década.
El trabajo se llevó a cabo en tres comisiones presididas por el presidente del país, Miguel Díaz-Canel, y el primer ministro, Manuel Marrero, informó el portal web oficial Cubadebate al reinicio del cónclave, que se desarrolla desde el viernes en La Habana a puerta cerrada y sin acceso a la prensa extranjera acreditada en la isla.
Otros temas a debate en estas comisiones son: el funcionamiento del partido único, máximo órgano rector del Estado, así como la política de cuadros de las organizaciones masivas oficiales.
Retirada de Castro
El viernes, cuando se instauró el congreso, durante en la presentación del Informe Central del VIII Congreso, Raúl Castro confirmó su retirada de la vida política del país, acción que no representa el fin de la economía centralizada que seguirá rigienda en Cuba.
Castro admitió los «problemas estructurales» de Cuba, «que no proporcionan incentivos para el trabajo y la innovación», pero defendió el control estatal sobre los medios de producción, y por tanto el monopolio de los sectores clave de la economía, las importaciones y el comercio.
La cita, que concluirá hoy, lunes 19 de abril de 2021, se desarrolló en un escenario marcado por la grave crisis económica, agudizada por el endurecimiento del embargo de EE.UU. en la pasada Administración del presidente Donald Trump y los efectos de la pandemia del coronavirus.
También está marcada por la expansión de internet y las redes sociales -en Cuba el servicio de datos móviles comenzó en 2018- que ha brindado a los ciudadanos un nuevo espacio para expresar sus opiniones y críticas al sistema vigente.
Disidentes denuncian intimidaciones por el congreso del Partido Comunista
Disidentes cubanos denunciaron intimidaciones de las autoridades, como arrestos domiciliarios e interrogatorios, mientras se celebra el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), en el que Raúl Castro legará su puesto de primer secretario al presidente del país, Miguel Díaz-Canel. El cónclave quinquenal del partido único servirá para impulsar el relevo generacional en la cúpula de la formación y definir la estrategia política del Estado en un momento de grave crisis económica que ha acrecentado el descontento social.
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