Maestros con la misión de evitar la deserción escolar

Aporte. Los docentes y miembros del DECE visitan las casas de los estudiantes, también conversan con los padres de familia.

Una de las preocupaciones más fuertes a nivel mundial es la deserción escolar que deja la crisis de la pandemia provocada por el Covid-19.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) entregó cifras de una encuesta desarrollada tanto a docentes como a estudiantes donde se reflejó que, en la Sierra, el 18,8% de los chicos consultados han pensado dejar las clases. Mientras que los docentes explicaron que al menos un 12,8% de los alumnos no se lograron contactar.

Esta situación se refleja también en Tungurahua, así lo evidencia un comunicado de la Coordinación Zonal 3 del Ministerio de Educación, donde se explica que aproximadamente 300 estudiantes no se podían contactar con sus profesores.

A estos chicos se les cataloga como alumnos en situación de posible riesgo de abandono temporal de la educación. “Los motivos son la falta de acceso a la tecnología, problemas económicos e inconvenientes personales”.

 

EL DATO 
En la Sierra, el 18,8% de niños y jóvenes han pensado dejar las clases.

 

Acciones

Ante esta situación autoridades emprenden una estrategia de retención y búsqueda activa de los estudiantes con riesgo de abandono del sistema educativo, donde los protagonistas son los docentes.

Lucía Caiza es una de las profesoras que en las últimas semanas se esfuerza por localizar a todos sus alumnos, sobre todo a aquellos que por alguna razón ya no se conectan normalmente a sus clases o que simplemente ya no envían las tareas.

Ella empaca algunos materiales, las guías pedagógicas y sale en búsqueda de los chicos, a veces incluso paga de su propio bolsillo su movilización.

“Es muy difícil, hay adolescentes que sí quieren seguir estudiando, pero por la conectividad o porque no tienen dinero ya no logran entrar a clases, eso les desmotiva”, dijo.

La profesora aseguró que una vez localizado trata de incentivar a su estudiante y a sus padres para que continúe en el sistema educativo, esto a través de la presentación de los portafolios, para luego informar al Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) y tomar acciones.

Estefanía S., estudiante de décimo año, aseguró que su madre se quedó sin trabajo, por lo que ella la acompaña a vender productos en el centro de Ambato y por ello no puede recibir clases.

“Los profesores y la señorita del DECE me fueron a ver y me dieron varias alternativas para que no deje los estudios”, mencionó al tiempo de comentar que de a poco se está igualando. (FCT)