La mejor opción para el país es renegociar los contratos con las empresas ya presentes y darle un giro total al manejo de CNT.
A finales de 2023 vencerán los contratos de concesión del espectro radioeléctrico con las dos operadoras móviles privadas que están en Ecuador. Por eso, se vuelve importante analizar opciones para mejorar el servicio de telefonía celular.
Por un lado, se podría pensar en abrir una licitación o concurso abierto internacional para atraer a nuevas empresas y buscar las mejores condiciones para el país. Otra vía es renegociar los contratos con Movistar y Claro, con mejores términos, responsabilidades más claras e incluso sanciones más fuertes por incumplimientos.
Durante una comparecencia ante la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, Vianna Maino, ministra de Telecomunicaciones, reconoció que los acuerdos firmados en 2008 se volvieron rápidamente obsoletos ante el rápido avance de la tecnología.
“Existen 14’190.890 usuarios entre ambas empresas privadas. No tenemos al momento otras que quieran prestar el servicio. Si no se renuevan los contratos no tenemos cómo reemplazarlas”, puntualizó la funcionaria, para quien la única opción viable es sentarse con las operadoras presentes y firmar mejores acuerdos que los anteriores.
Mercado pequeño
Carlos Romero, ingeniero en Telecomunicaciones y exfuncionario público del sector a inicios de los años 2000, explicó que el mercado de telecomunicaciones ecuatoriano es muy pequeño y no soporta nuevos operadores.
“Si un nuevo operador entra al país, lo haría en desventaja porque ya CNT, Movistar y Claro tienen desplegada toda su infraestructura. Tienes un operador dominante con alrededor del 50%, y a un participante nuevo le va a resultar muy difícil romper ese mercado”, recalcó.
En este contexto, las autoridades están obligadas a elaborar mejores contratos con las empresas en el mercado; fortalecer las regulaciones y los mecanismos de control; pero sobre todo dar un giro de 180 grados al manejo de CNT.
Sobre lo último, Ricardo Viteri, ingeniero en Telecomunicaciones, afirmó que esa empresa pública ha tenido un pésimo manejo en los últimos 14 años. “La única forma de provocar una verdadera competencia a las dos empresas privadas es que el Estado contrate un administrador internacional para CNT, con experiencia en el sector. No es una concesión, la contratación del servicio de manejo con claros estándares de resultados”, aseveró.
Actualmente, CNT tiene alrededor de 2,8 millones de usuarios frente a 9 millones del operador dominante. Y no ha optado por adquirir nuevas bandas, a pesar de que como empresa pública podría hacerlo sin pasar por concurso.
Calidad del servicio
“No hay que ser experto en tecnología para darse cuenta del estado del servicio de telefonía celular. Todos somos usuarios y sabemos la pésima calidad del servicio que estamos recibiendo. Además, se puede percibir diariamente que existen zonas no cubiertas, especialmente en las carreteras y la ruralidad”, aclaró Romero.
Por eso, en los nuevos contratos se debe incluir el cumplimiento de planes anuales claros de expansión y mejora de la cobertura. También parámetros de calidad que garanticen una comunicación clara, estable y libre de interferencias.
A la par de eso, Romero considera que se deben revisar las multas por incumplimientos, ya que la misma ministra Maino ha reconocido que son muy bajas.
Asimismo, como responsabilidad, el Estado ecuatoriano tiene dos tareas pendientes. Por un lado, la creación de un verdadero centro de atención y seguimiento de reclamos. Y, por otro lado, trabajar con los Gobiernos locales para que se elimine la burocracia y los requisitos que dificultan la construcción de una nueva infraestructura de conectividad. (JS)
Ecuador es el tercer país latinoamericano con menos espectro concesionado
Solo el 28% del espectro radioeléctrico está concesionado en el país. El restante 72% ni siquiera está valorado, según información de la ministra de Telecomunicaciones, Vianna Maino.
Actualmente, recién se está contratando a la Asociación Internacional de Telecomunicaciones (entidad de la ONU) para valorar ese espectro y poderlo concesionar.
La inacción de varios Gobiernos ha hecho que bandas para tecnologías como el llamado internet de las cosas y el 5G (telefonía celular) no se exploten y se mantengan ociosas.
Esas bandas y nuevas tecnologías también se pueden incluir en la renegociación de los contratos con las operadoras privadas.