Ritmos inspirados en un personaje

ESTILO. En la música de ‘Francisco, el hombre’ no faltan los acordes de guitarra y la fuerza de las percusiones.
ESTILO. En la música de ‘Francisco, el hombre’ no faltan los acordes de guitarra y la fuerza de las percusiones.

Redacción RÍO DE JANEIRO

EFE

‘Francisco, el hombre’, el trovador que recorrió el caribe colombiano con su acordeón y que hizo parte de los ‘Cien años de soledad’ de Gabriel García Márquez, inspiró a una banda de músicos mexicanos y brasileños que lleva su nombre y cuya esencia de cantar por los caminos es su máxima inspiración.

El grupo, con cinco años de vida y residencia en Brasil, lanzará su próximo disco en Cuba el año entrante, una producción que promete romper los esquemas establecidos y mostrar la nueva faceta musical de ‘Francisco, el hombre’.

Cuenta la leyenda que ‘Francisco, el hombre’ se encontró una noche con el diablo, con el que entabló un duelo de trovas que ganó el juglar colombiano al cantar el credo al revés.

Este personaje, que entonaba versos de su autoría con su acordeón, para hacer más ligero el camino durante sus recorridos, fue reconocido por el propio ‘Gabo’ en ‘Cien años de soledad’, la novela con la que obtuvo el Nobel de Literatura en 1982.

La inspiración de sus andanzas musicales también llevó a cinco jóvenes -dos mexicanos nacionalizados en Brasil y tres brasileños- a conformar el grupo musical que lleva su nombre.

Uno de sus miembros, Sebastián Piracés-Ugarte -un charro de madre mexicana y padre chileno y que terminó radicándose en Brasil- conoció a ‘Francisco, el hombre’ en la novela de ‘Gabo’, que leyó durante una travesía por varios países, momento desde el cual se identificó plenamente con el personaje.

Cuando regresó a Brasil, en 2013, él, su hermano y los otros tres jóvenes brasileños, aburridos con lo que les ofrecía la coyuntura del momento, decidieron tomar sus instrumentos y emprender un viaje por los países vecinos con el único objetivo de vivir de la música y usarla “como gasolina” para la travesía.

“Cuando regresé a Brasil todo estaba en crisis y decidimos emprender un viaje y empezar a vivir de la música. Era un viaje para dos meses y el nombre de esa travesía fue inspirado en ‘Francisco, el hombre’”, explicó Sebastián a agencias internacionales.

A partir de ese momento, lo que los jóvenes comenzaron como una solución a “la depresión colectiva” que los tenía “hartos de vivir en esta sociedad” se transformó en un estilo de vida que ya cumple cinco años.

En sus inicios, el grupo arrancó tocando en plazas públicas de las ciudades que visitaron; “en hostales a cambio de una cama, en restaurantes a cambio de comida y hasta en los semáforos”.

Desde entonces, los estilos musicales del grupo, que mezclan ritmos y melodías de la región, y que van desde el funk, pasando por la trova, el rock y la cumbia, se han reinventado en cada etapa y se preparan para un cambio drástico que será conocido en 2019.