No se vislumbra crisis sino acercamiento ruso-turco tras asesinato de embajador

AFP

El asesinato del embajador ruso en Turquía, interpretado por ambas partes como una «provocación» para socavar sus relaciones apenas restablecidas, probablemente no creará una nueva crisis entre dos países socios que buscan superar sus divergencias sobre el conflicto sirio.

Las imágenes escalofriantes transmitidas en directo de la muerte de Andrei Karlov suscitaron un paralelo con el asesinato en junio de 1914 en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando, que a través del mecanismo de las alianzas precipitó la Primera Guerra Mundial. Pero esta comparación perdió sentido rápidamente puesto que Rusia y Turquía, a pesar de ser rivales en Siria, manifestaron inmediatamente su voluntad de apaciguamiento.

En las primeras horas de la noche del lunes tras el asesinato de Karlov, abatido a balazos por un policía turco en Ankara, el presidente Recep Tayyip Erdogan telefoneó a su homólogo ruso Vladimir Putin.

De paso, el jefe de Estado ruso anunció, con el acuerdo turco, el envío de investigadores a Ankara para intentar identificar a los instigadores del asesinato. Estos dieciocho investigadores, agentes de los servicios secretos y diplomáticos, llegaron el martes a la capital turca.