Quito.- La decisión de la FIFA de prohibir los partidos internacionales a más de 2.750 metros de altura, a menos que haya un tiempo adecuado para que los jugadores se aclimaten, tomó el sábado por sorpresa a los directivos del fútbol ecuatoriano.
La medida aprobada el sábado en Tokio establece que los partidos no podrán efectuarse si no se da el tiempo necesario a los jugadores para su aclimatación a la altura. La FIFA no estableció de inmediato el tiempo necesario, informó AP.
Entre las ciudades afectadas está Quito, que se encuentra a 2.850 metros sobre el nivel del mar, y la capital administrativa de Bolivia, La Paz, a 3.640 metros.
El vicepresidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Carlos Villacís, dijo telefónicamente a la AP desconocer la decisión por lo que una vez que se notifique a las diferentes asociaciones y se analice el tema emitirán un pronunciamiento.
Comentó, sin embargo, que según análisis médicos «adaptarse a la altura en dos o tres días los jugadores no lo pueden hacer, tendrían que ser mínimo siete días».
Explicó que la demora en la adaptación hace que muchos equipos prefieran acudir al partido con una mínima anticipación y retirarse una vez concluido.
Villacís señaló que habrá que esperar la fijación del tiempo que establezca la FIFA para dicho proceso y recordó que a mediados de año se adoptó una «posición conjunta» con otros países de la región cuando se dictó una norma similar, que posteriormente fue revisada.
El ex director técnico de la selección, el montenegrino Dussan Draskovic, calificó a la medida de la FIFA como «injusta».
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En diálogo telefónico con la AP, mencionó que se trata de una «prohibición para favorecer a otros equipos» ya que ven a Ecuador como una «amenaza» en las eliminatorias mundialistas.
Draskovic consideró «imposible de ejecutar» la decisión de la FIFA pues la aclimatación de los jugadores lleva por lo menos un mes y «los clubes profesionales no ceden a los jugadores más de cinco días», acotó.
Agregó que según un estudio médico realizado en 1996 cuando se pretendió adoptar una decisión similar determinó que «ningún jugador ha muerto afectado por la altura».
Señaló que el mismo estudio determinó que mayores problemas generaba a los futbolistas «temperaturas y humedades elevadas».
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