Totoras, tierra de fe

La iglesia es el lugar más visitado por la devoción a la Virgen del Tránsito.
Centro. La iglesia es el lugar más visitado por la devoción a la Virgen del Tránsito.

Esta parroquia ofrece muchos atractivos a quienes están dispuestos a explorar sus calles y costumbres.

Según el historiador Gerardo Nicola López, la palabra Totoras viene de los términos quichuas y aymara tutura, que quiere decir área acuática que crece en las regiones húmedas y en los lagos, palabra que va con el sector, pues se supone que el lugar fue pantanoso.

A esta parroquia también se la conocía como el tránsito y en sus inicios era muy extensa, pues incluía a Picaihua. Fue fundada el 30 de agosto de 1869.

Antes la carretera principal pasaba por el centro de la parroquia.

Los productos principales que se siembran son la mora, fresa, tuna, durazno, capulí, pera, entre otras.

Algo interesante de la parroquia es que muchos de sus habitantes se dedican al transporte, siendo Guayaquil uno de los lugares en donde ejercen su actividad, sin embargo, todos regresan para las fiestas de la Virgen del Tránsito el 15 de agosto.

Niño Caporal

Aquí existe una fiesta que cuenta con sus personajes propios y que se realiza en carnaval, a esta se la llama del ‘Niño Caporal’, aquí aún se mantienen las jochas, hay cuatro caporales y un fundador.

La fe y las ganas de colaborar en la fiesta es tal que hay una cola de más de cinco años de espera para quien desee ser parte.

En la fiesta también se miran a los negros de carnaval que van con la cara pintada y que representan a los esclavos de la época de la colonia. También están las doñas que son hombres vestidos con ropa de mujer indígena.

Esta fiesta comienza algunas semanas antes con varios programas y rituales, los días fuertes son los de carnaval, donde las familias de la parroquia se organizan para salir con los instrumentos y entonar coplas por las calles.

El festejo tiene más de 100 años, pues se tiene registros de que cuatro generaciones atrás ya se desarrollaban de igual forma, pero con menos asistentes.

“Aquí en esos días dan de comer gratis a todos los que vienen, hay orquestas, el lunes de carnaval aquí se juega con harina, las familias salen y van con las coplas por donde los cuatro caporales”, contó Mónica Pérez.

La comunidad

Para Mónica las ventajas de vivir en Totoras es el ambiente de comunidad que se ha formado con los años. “Acá nos conocemos, con nombres, apodos, nos saludamos y sabemos quienes son los vecinos de al frente y los de al lado”, comentó.

Rodrigo Pico es morador de Totoras, él estudió en la escuela de la parroquia y afirmó que antes la carretera pasaba por el centro del lugar, pero que con el tiempo se trazó el recorrido actual. “Ahí jugábamos fútbol y era un peligro porque el balón se nos iba a la calle”, contó.

Aquí existe una leyenda que todos los habitantes conocen y habla sobre el duende que existe en la quebrada cerca del barrio La Libertad, se dice que este personaje llevaba a los borrachos que pasaban por ahí.