Personas de la comunidad LGBTIQ+ temen exponerse a la sociedad ambateña

Las personas se diversidad sexogenérica temen a la discriminación y las reacciones sociales.
Cinco personas fueron asesinadas en el 2022. Otras resultaron gravemente heridas.

A través de un levantamiento de información realizado por el Consejo Cantonal de Protección de Derechos de Ambato (Ccpda), entre 2021 y 2022, en ese tiempo al mando de Kléver Peñaherrera, se conoció que alrededor de 450 personas conforman la comunidad LGBTIQ+ en la ciudad.

Sin embargo, de esta cifra, el 89% de personas de esta comunidad han decidido no visibilizar su orientación sexual por el miedo, la presión social, la discriminación, la vulneración y hasta por violencia.

 

 

Situación

Kléver Peñaherrera, abogado, activista por los derechos humanos y exdirector del Ccpda, aseguró que para realizar esta encuesta se convocó a varios colectivos y activistas con los que se elaboró este proceso, de manera reservada.

Peñaherrera cuando estuvo a cargo del Ccpda consideró la idea de generar un consejo consultivo que precisamente tenga un directorio con quienes se construya el proyecto. Este era uno de los objetivos que se establecieron para ejecutar esta especie de censo.

Sin embargo, pese a lograr con este levantamiento de información, una data de 450 personas de la comunidad sexogenérica, apenas 50 personas decidieron afrontar su sexualidad de manera abierta, mientras que las otras, por diferentes razones, no lo hicieron por temor a la discriminación, a la reacción social, y otras situaciones, explicó.

CIFRA
11,1% PERTENECE al grupo de personas que al momento constan como visibilizadas en la comunidad LGBTIQ+ en Ambato.

 

En la realidad

Pablo, es hijo de padres divorciados y aunque su madre ha sido parte de su motivación para autoidentificarse y no invisibilizarse por su orientación sexual, no ha recibido el mismo apoyo por parte de su padre, quien mantiene un rechazo hacia él.

“Fue un proceso fuerte, me he dado cuenta que mi felicidad es primordial y que mi preferencia sexual no me hace ni más ni menos que otras, y que también puedo tener una relación con una persona que puede ser de mi mismo sexo”, aseguró.

De la parte más dura de su experiencia, Pablo recordó sobre la negativa de su padre y personas que estuvieron de acuerdo con su posición al punto de poner límites entre su familia y él.

“Siempre fui muy afín con las chicas, soy un caballero con ellas, pero la discriminación la he sentido del lado masculino. No me considero con amaneramientos, pero cuando se enteran que soy homosexual, hacen críticas en doble sentido y cosas que no tienen nada que ver”, explicó.

A la historia de Pablo se suma la de Marcela, ella es una chica transexual, quien decidió revelarse a su familia cuando tenía 15 años.

“Nunca me sentí conforme con lo que era, yo nací biológicamente hombre, pero era como estar dentro de un cuerpo ajeno. En la primera persona en la que confié fue en mi mamá y aunque de ella recibí todo el apoyo, no así de mi papá y mi abuelo que me echaron de la casa”, dijo.

Desde entonces, Marcela ha tenido que ocultar su identidad sexual, debido a las represalias que teme de su familia paterna hacia su madre, pero sobre todo “de mi trabajo, en la empresa que laboro la mayoría son hombres, y tengo que acoplarme a eso, si revelo que soy una mujer trans, seguramente me echarán, es lo que me temo”, sostuvo.

Mientras que Ricardo, quien es homosexual, aseguró que siempre hay burlas, acoso, bromas pesadas. “Yo prefiero no decir nada, así solo mi círculo cercano conoce de mi preferencia, porque le tengo miedo a la reacción de la gente y no me gustan los problemas”, aseguró. (MAG)

 

Pensamiento social

Antonio Muenala, sociólogo y docente universitario sostuvo que las religiones han sido las primeras de las que históricamente han condenado las prácticas homosexuales y afines, esto sumado al pensamiento aún retrógrada y homofóbico de la sociedad, es un caldo de cultivo para todo este tema de la discriminación que conlleva hasta la violencia.

“El ocultamiento de identidad y la invisibilización de estos grupos sociales, no es otra cosa más que la respuesta a una sociedad podrida, que no tiene reparo a la hora de emitir descriterios, y que a paso muy lento camina sobre la educación, la ruptura del machismo, de las taras mentales y otros aspectos”, agregó.