Perfil del docente contemporáneo

Ser profesor es motivar e inducir al aprendizaje.
VOCACIÓN. Ser profesor es motivar e inducir al aprendizaje.

La evolución vertiginosa que estamos viviendo en todos los aspectos sociales como en lo político, cultural, ambiental, social, científico, económico y tecnológico, nos hace pensar y analizar el difícil papel que tiene la educación en todos los niveles, frente a la globalización y competitividad cada vez más incisiva.

En educación, lo que está cambiando es el papel de la institución educativa, el enfoque de la 
orientación pedagógica, la gestión del contenido que se enseña, formato y cantidad recursos 
educativos y con esto, obligatoriamente, el perfil del docente.

La respuesta a la sociedad actual es una educación humanista y liberadora que solo será posible con la participación y compromiso de un docente, cuyo perfil, y desempeño está orientado para tal fin.

Un docente que se comprometa con su rol de guía en el proceso de una enseñanza para la vida. Que quiera formarse  a sí mismo y a sus estudiantes con una dimensión ética que debe estar presente en todo proceso de enseñanza-aprendizaje.

Es la ética la que le permitirá el respeto hacia el otro, a la vez que asume sus propios cambios.

Tareas

La tarea del profesor debe ser coherente con su interés y capacidad para lograr reflexionar acerca de problemas propios de la docencia y el entorno en el que se vive, mediante las actividades pragmáticas den una programación pertinente y oportuna.

Así se lograrán establecer conexiones puntuales con los problemas, se estará desarrollando la capacidad reflexiva y el pensamiento crítico y será posible realizar una evaluación de los aprendizajes logrados.

El rol del docente en una sociedad crítica y plural, requiere de un profesional comprometido, con vocación de servicio y con ideales concebidos en valores como respeto, honestidad, solidaridad, empatía, pensamiento crítico, equidad, dignidad; orientados a la formación de individuos comprometidos con su entorno social.

Formación

Esto implica entonces, una formación y actitud docente que sea capaz de llegar con conocimientos y procesos orientados a la alteridad (condición o estado de ser otro o de ser diferente), a hacer del alumno un ser capaz de vivir armónicamente con otros, para construir comunidades más humanizadas. Siendo más justos, solidarios, compasivos y equitativos.

Hoy es imprescindible una educación que fomente a toda costa un clima de respeto para todas las ideas. Saber que los seres humanos valemos por los principios y reconocimientos que damos a los otros.

Él o la docente de hoy debe tener claramente una vocación dirigida hacia la formación de personas, con capacidad creativa que le permita el uso innovador de recursos tecnológicos y el reconocimiento, la comprensión y uso de  metodologías de enseñanza coherentes con los propósitos y objetivos que se pretenden lograr.

Hoy es imprescindible una educación que fomente a toda costa un clima de respeto para todas 
las ideas.

Que sea capaz de generar la suficiente empatía con los  estudiantes para explicar, comunicar y mostrar el camino a  seguir en el acto de enseñar y aprender, para avanzar hacia nuevos conocimientos para circunstancias sociales reales.

Que pueda percibir, ser coherente y preciso en las preguntas generadas, y dar explicación adecuada y directa a las  problemáticas surgidas en conjunto con los estudiantes.

También conocer y comprender la inter  y transdisciplinaridad, como enfoque pedagógico, porque los  retos que enfrentamos como sociedad requieren cada vez más de los puntos de vista e intervención de diversas disciplinas que, juntas, puedan llevarnos a comprender mejor un mundo complejo y diverso, cuya problemática es también diversa.

Un educador para la vida

Los maestros no solamente instruyen, también representan y transmiten una filosofía educativa particular, que incluye modelos mediante los cuales los estudiantes serán formados, evaluados, promovidos.

Motivan e inducen al aprendizaje. Aprueban o no los logros y los comunican.

La función del educador, influye, en el ámbito personal del alumno y puede definir a futuro, su comportamiento en el mundo.

Por ello, la ética juega un papel preponderante en el rol de un docente. No se concibe a un educador que no tenga la ética como norte, pero sobre todo, porque la ética en la enseñanza representa la vía que permite construir un sentido de autonomía y responsabilidad personal.

El pensamiento crítico, uno de los elementos principales con los que debe contar un buen docente, no solo en su haber personal, sino en su capacidad de despertarlo en sus estudiantes, para abordar el análisis de la problemática   actual: crisis ambiental, pobreza, desigualdad, desplazamientos humanos, entre otros, pero que a su vez sea capaz de investigar y aportar soluciones y que contagie en sus estudiantes, ese mismo deseo y necesidad.

El docente actual está llamado a desvelar esas desigualdades   y participar activamente en la búsqueda de una sociedad democráticamente equilibrada. 

Que haga del diálogo su pedagogía por excelencia, que  ofrezca cada vez más contenidos, las herramientas  necesarias para ser verdaderos ciudadanos en un mundo  difícil, pero no imposible de cambiar.

El trabajo de autoestima

Pérez Esclarín, añade la autoestima, el amor, el cariño. De ahí la importancia de que los maestros quieran a sus alumnos, de modo que se sientan  importantes, valorados, amados; incluso llenar ese vacío que sus estudiantes nunca encontraron en su hogar, y curar de este modo las profundas heridas del desamor.

Además, dado que a millones de personas les es imposible vivir dignamente, enfrentados día a día a la violencia, las desigualdades, el hambre, las enfermedades ocasionadas por la intolerancia y la pobreza que destruye sus valores y costumbres, surge la necesidad de una educación humanista. 

Propone una educación en valores que conduzca a la liberación del individuo en un mundo cada vez más complejo y consumista.

Hoy hace falta mucho valor para atreverse a ser libre. Para levantarse del consumismo, la indiferencia y el egoísmo.

Una educación que forme la voluntad y enseñe el coraje, la constancia, el vencimiento, el sacrificio, valores esenciales para perder el miedo a la libertad, es urgente.

Capacitación constante

El docente debe estar capacitado en las nuevas tecnologías aplicadas a la educación para mejorar el proceso de enseñanza, interactuar en los  espacios  virtuales de manera  correcta para promover las aspiraciones y valores antes  mencionados.

La tecnología al ser un medio de comunicación y un recurso pedagógico, facilita a los alumnos, la disposición y operación sobre los conocimientos, de manera que se  fortalezcan  considerablemente los procesos educativos, la apertura de  aulas múltiples y plurales donde se integran los procesos pedagógicos.

Los primeros en adquirir la competencia digital deben ser los docentes, deben tener las habilidades y conocimientos que  le permitan enseñar al estudiante una actitud crítica y ética  ante la información que ofrecen las TIC.

El desafío más grande es trascender el uso de las TIC  y centrarse en la práctica docente como el proceso más importante a transformar, no perder el rumbo como educadores cuyo interés y vocación es la enseñanza.