Neuromito: sólo utilizamos el 10% del cerebro

El nuevo proceso de aprendizaje debe basarse en una neuroeducación sin mitos.
EDUCACIÓN. El nuevo proceso de aprendizaje debe basarse en una neuroeducación sin mitos.

EFE SALUD · Y aunque ya se ha demostrado que tal afirmación no es cierta, el mito permanece arraigado en nuestra sociedad, con implicaciones que afectan especial y negativamente a la forma en la que padres y profesores educamos a nuestros hijos.

Así lo explica a EFE Salud la coordinadora del Máster Formación del Profesorado en la Universidad Internacional de Valencia, Ana Belén Pardo Salamanca, quien aboga por un nuevo aprendizaje, basado en una neuroeducación sin mitos.

Según Salamanca, existe un un porcentaje elevado de profesores que así lo creen, y de ahí la importancia de que este colectivo se forme en neuroeducación.

El mito

De acuerdo con esta profesional, el mito se afianzó tras algunas investigaciones de las que se dedujo que, en un instante determinado, solo el 10 % de las neuronas estaban activas en nuestro cerebro.

Otra explicación, señala, podría estar relacionada con el hecho de que las neuronas representen alrededor del 10% de las células del cerebro, siendo el resto células gliales.

Pero hay otros “neuromitos” que también lastran la educación actual como es el basado en la creencia de que los niños deben aprender a leer o escribir en una determinada etapa de su vida, porque de otra forma no podrán lograrlo correctamente más adelante.

Y existe la aceptación, también errónea, de que la información visual, auditiva y cenestésica es procesada en partes diferentes del cerebro.

 

Neuromito: modelos de aprendizaje

En el ámbito educativo, explica Pardo Salamanca, son muy conocidos y aceptados los modelos de aprendizaje, clasificándolos en visual, auditivo y cenestésico.

Según este neuromito, si los contenidos son transmitidos bajo esa modalidad dominante, se conseguirá un aprendizaje mayor, que si son transmitidos por cualquiera de las otros.

Pero las modalidades sensoriales se encuentran interconectadas.

“Y desde un punto de vista fisiológico no existe la separación entre hemisferio izquierdo y derecho, y la transferencia de información entre ambos es continua a través del cuerpo calloso”.

Es verdad que algunas tareas como el reconocimiento facial o el lenguaje se realizan de modo predominante en el hemisferio izquierdo, “pero es imprescindible que ambos hemisferios trabajen de forma simultánea para lograr un adecuado procesamiento de la información”.

Alude también esta especialista a la educación escolar basada en dispositivos electrónicos.

La exposición a las pantallas en niños pequeños puede generar problemas a largo plazo, ya que se segrega una cantidad muy grande de dopamina, y esta dopamina “engancha”, se puede convertir en una adicción, de tal forma que los niños no sean capaces de estar frente a un papel, ni de poder leer y comprender, y tener soltura a la hora de escribir.

Neuroeducación sin mitos

Desmontar estos mitos abre “infinitas posibilidades” en el aprendizaje, sostiene la profesora, que conoce de primera mano los resultados ya que colabora e imparte cursos de formación de neuroeducación en varios colegios.

Y defiende la introducción de nuevas metodologías que mejoren funciones cerebrales, como la memoria de trabajo, la toma de decisiones, o la gestión emocional, con el fin de optimizar el aprendizaje.

“Y por ejemplo, ser consciente de que el cerebro es un sistema interconectado y que se utiliza en su totalidad, hace que las opciones para el aprendizaje se multipliquen”.

El papel de la memoria

La neuroeducación apuesta por no sobrecargar la memoria a corto plazo. Es decir esa memoria que se utiliza para estudiar un tema de cara a un examen, y a los dos días se nos ha olvidado.

Frente a ello, se insta al profesorado a trabajar los diferentes tipos de memoria para que el aprendizaje sea significativo y eso se consigue introduciendo en la educación algunos procesos como la curiosidad, la motivación, la emoción, la creatividad y el ejercicio físico.

Con todo este conjunto de practicas “se ha comprobado que se fomenta el desarrollo de la memoria, pero de la buena, la que luego de verdad nos sirve”.

El aprendizaje está basado en la motivación.

“Esto no quiere decir que todas las materias deban exponerse como supermotivantes, porque las hay que no motivan, pero existen metodologías que invitan más al alumno a interesarse, como el trabajo colaborativo”

También, apunta, está el método de la clase invertida, en la que son los alumnos los que tienen que buscar y desarrollar el tema para luego exponerlo ante los demás. Se trata de despertar su curiosidad.

 

¿Y que más afirma la neuroeducación?

 

Afirma Pardo Salamanca que una persona no puede estar atenta durante 50 minutos porque “cerebralmente no es viable”, y se propone, por ejemplo, intercalar periodos en los que predomine la creatividad e incluso el movimiento, sobre todo en etapas de infantil y primer ciclo de primaria.

Tener a unos niños todo el tiempo sentado no favorece el aprendizaje, favorece el orden en la clase.

La neuroeducación está intentado obtener evidencias científicas para promover políticas públicas adaptadas, que puedan paliar o enfrentar las dificultades de aprendizaje de los niños y la vulnerabilidad que sufren por estas dificultades, o por tener altas capacidades.

Ahora , detalla esta especialista, se está investigando sobre cuál es la edad apropiada para empezar a leer y si no se está forzando a que sea a unas edades tempranas en las que ciertas áreas del cerebro igual habría que dejar que se desarrollaran más.

Aunque existen evidencias, por ejemplo con respecto a la dislexia, “ya se sabe que partes cerebrales están implicadas, pero ahora hay que divulgarlo para que llegue a los profesores y a todo el sistema educativo”.