Mamá necesita un momento para ella

Un momento a solas ayuda a las madres a disfrutar de un merecido descanso de las tareas diarias.
Distracción. Un momento a solas ayuda a las madres a disfrutar de un merecido descanso de las tareas diarias.

Virginia Becerra tiene tres hijos, 13, 10 y 5 son sus edades, en pandemia se quedó viuda y ahora afronta sola el criarlos, pues su familia vive en Esmeraldas y la familia de su esposo en Tulcán.

“Por cuestiones de salud nosotros hace 15 años que nos casamos decidimos venir a vivir en Ambato y la ciudad nos ha tratado muy bien, pero ahora la labor de criar sola a mis hijos es muy complicada, mi hermana ahora está viendo si se viene a vivir acá para poder ayudarnos mutuamente”, comenta Virginia de 38 años.

Como ella son miles de mujeres que realizan solas la tarea de cuidar a sus hijos y según los expertos el absorber sin ayuda alguna, las cargas financieras, emocionales y psicológicas de cuidar a la familia agotan de sobre manera a las madres.

Para Sandra Culqui, psicóloga y terapeuta, frases como “no doy más”, “los chicos hoy me saturaron”, “no les tengo paciencia, me la paso gritándoles”, “me quiero escapar, necesito estar sola”, son frases que evidencian el cansancio de las madres y deben ser tomadas en cuenta de forma inmediata para que la sobrecarga no afecte la salud mental de la mujer.

Añade que este no es un problema exclusivo para las madres que son cabeza de familia, sino también para quienes cuentan con su pareja en casa y con ellos supuestamente comparten la crianza de sus hijos.

“Aunque hace alrededor de un siglo las mujeres empezaron a salir a trabajar, la carga dentro del hogar y la misma sociedad no se le ha disminuido, por lo que sus obligaciones, así estén junto a sus compañeros de vida, siguen siendo inmensas y por ende agotadoras”, recalcó la experta.

Por ello mencionó que es importante que se tomen en cuenta algunos aspectos para que el cansancio no desborde el día a día de las madres.

Algunas sugerencias

  1. Alimentarse y dormir adecuadamente: aunque parezca una obviedad, hay muchas mamás que no desayunan, que comen lo que dejan en el plato sus hijos, que ‘pican’ algo mientras se ocupan de otras tareas y hasta las que comen rápidamente y en un clima de estrés.

Realizar cuatro comidas, variadas y sanas, sentarse con el tiempo suficiente para no comer apurada, son clave para fortalecer nuestro organismo y seguir enfrentando las actividades del día.

  1. Pasar tiempo solas: para recuperar fuerzas, es necesario pasar un tiempo a solas. El no hacerlo, probablemente te llevará a sentir que corres todo el día detrás de los chicos satisfaciendo sus necesidades, con signos de agotamiento, irritabilidad y poca conexión emocional con ellos.

En este tiempo, es fundamental que la mujer haga cosas que le generen placer. Leer, caminar, pasear, realizar alguna manualidad, etc.

  1. Pasar tiempo con gente que hace bien: compartir tiempo con otros adultos, como la pareja, familiares o amigos ayuda a recuperar el equilibrio, a desestresarse y conectarse con otros temas.

Estos vínculos íntimos y de confianza, se ha demostrado que reducen o amortiguan el estrés relacionado con los principales cambios de la vida.

  1. Realizar ejercicio físico o practicar un deporte: el ejercicio físico, genera en las personas que lo practican bienestar emocional. Aumentan su energía y su autocontrol, se sienten más pacientes, creativos y fundamentalmente disminuyen los efectos del estrés.

Los especialistas recomiendan como más beneficiosos los ejercicios continuos, rítmicos y aeróbicos tales como correr, caminar, andar en bicicleta o nadar.

Tienen que practicarse con frecuencia, con un mínimo de veinte minutos y por sobre todas las cosas, realizarlo con una actitud positiva.

  1. Pedir ayuda y delegar: Este tipo de ayuda práctica, que un tercero lleve a los chicos al colegio, que pasen una tarde con sus abuelos, que vayan de visita a la casa de sus primos o de algún amigo; la ayuda cotidiana (alguien externo que colabore con los quehaceres domésticos), junto con el apoyo emocional, pueden significar la diferencia entre encarar los retos diarios naturalmente o llegar a padecer estrés crónico.