¿Qué hacer si una amiga sufre violencia de género?

Si una amiga está viviendo violencia de género, ayúdala.
APOYO. Si una amiga está viviendo violencia de género, ayúdala.

Muchas veces, aunque las intenciones son buenas, se puede caer en el error de juzgar a una amiga que está viviendo violencia de género.

Y se hacen cuestionamientos como: ¿por qué no se da cuenta?, ¿cómo es posible que no lo vea?, ¿por qué no lo denuncia? o  si está con él es porque quiere, a mí no me pasaría, a mí me lo hace una vez y no me lo hace más, yo no aguantaría ni una.

Estar dentro de una relación de violencia es complicado y abandonar al agresor a veces parece imposible. Es por eso que la ayuda de las personas que están alrededor como familia y amigos es fundamental.

Por eso, muchas veces no solo se trata de querer ayudar, sino que también, hay que saber cómo hacerlo.

Aquí te dejamos unas pautas de lo que puedes hacer si tu amiga o alguna mujer cercana, sufre violencia de género.

 

Empatía

Es importante ponerlos en el lugar de la otra persona, tratar de entender su perspectiva, su visión del mundo, como si pudiéramos sentir o pensar lo que ella piensa.

Hay que entender que no está en esa relación porque quiere sufrir, sino porque le cuesta salir de ahí. Hay que ser comprensivos y entender sus motivos.

 

Escuchar y dar apoyo

No la acuses. Escúchala, pregúntale cómo se siente. Una de las cosas más importantes es, que se sepa que es escuchada y apoyada sin ser juzgada.

Si la persona confió en nosotros y nos está contando lo que está viviendo, debemos valorarlo. Hazle sentir que no está sola, que la comprendes, y pregúntale cómo la puedes ayudar.

Respeta sus tiempos

No presiones. Aunque nosotros veamos de una forma clara y relativamente fácil salir de esa situación, para nuestra amiga aún no ha llegado el momento.

Debemos respetar sus tiempos, sin forzarla ni obligarla a hacer nada que no quiera. Intenta seguir llamándola y preocupándote por ella, sin insistir en que termine la relación y sin decirle lo que tiene que hacer. Tenemos que respetar y no invalidar su capacidad para tomar decisiones.

No frustrarnos ni enfadarnos

En ocasiones invertimos todo nuestro esfuerzo en ayudar a esa persona con resultados inútiles y, antes de que la ruptura sea definitiva, podremos ser testigos de un sinfín de idas y venidas con el agresor.

Debemos tener en cuenta que probablemente su autoestima esté muy lastimada y sufre una gran dependencia emocional, por lo tanto, tenemos que estar preparados. Descargar y expresar nuestra impotencia y enfado delante de ella solo hará que se sienta mucho más culpable y avergonzada y dejará de contarnos las cosas.

Denuncia

Si ella está dispuesta y da el paso, acompáñala. No la dejes sola y no dejes pasar la oportunidad, quizá mañana cambie de opinión o se arrepienta. Este es un momento crucial para el cambio y un gran paso para ella.

Es el tiempo para estar al pie del cañón. Permanece a su lado, se sentirá querida y arropada y sabrá que tú estás de su parte. Y recuerda, si estás siendo testigo de un maltrato, tú también puedes denunciar.