Francés recorre el mundo en una bicicleta de energía renovable

Lucha. El activista francés le explica a la colectividad lo importante de cuidar el planeta.

Con un equipaje simple, ropa cómoda y sus objetivos bien planteados, David Ligouy, de 52 años recorre el mundo.

El ciudadano francés salió de su país hace ya casi tres años y viaja a través del mundo con una consigna, alzar su voz contra el cambio climático, la desigualdad y el racismo.

Su recorrido lo hace a bordo de una bicicleta impulsada por energía renovable que él mismo construyó.

Su viaje

David llega hasta el parque Montalvo, admira la Catedral de Ambato, asegura que Ecuador es uno de los países más hermosos que ha visitado.

Pero, como todos, requiere de mayor conciencia, pues hay contaminación e injusticia.

Según el activista ha recorrido ya 17 países, Ecuador es el 18. Llegó hace poco tiempo. Desde la Amazonía pasó por Baños y va hacia el norte del país.

Explica que su objetivo es pasar por Colombia y otros países hasta Norte América luego se trasladará a Japón.

Mensaje

Su bicicleta impulsada por paneles solares ya anuncia el objetivo de su viaje, dice que lo mueve el trabajo a favor de la naturaleza.

A su paso alerta sobre los peligros del cambio climático, las consecuencias para el mundo por la contaminación de las fuentes de agua, por la explotación minera y por las guerras.

“Los gobiernos no hacen nada, se requiere de la concientización para una transición energética”, comenta al explicar que su trabajo se basa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que varios países deben cumplir.

En cada ciudad suma apoyos, organiza grupos de ciudadanos que se solidarizan con su causa.

Según el activista los ODS marcan una agenda que ofrece una oportunidad única para poner al mundo camino a un desarrollo más próspero y sostenible en favor de la vida.

Un sueño

Graduado en la carrera técnica de Electrónica, David o Pinky, como le gusta que lo llamen, relató que el sueño de luchar por estos ideales nació hace mucho tiempo.

Con eso en mente empezó a fabricar una bicicleta, la cual construyó a su gusto, con un asiento acolchado y con pedales espaciosos.

La cubrió de paneles solares que le aseguraron un alcance de 120 kilómetros por hora cuando tiene un buen sol.

“Me gustaría ser esposo y padre. Pero antes debo ocuparme de nuestra madre. Sin aire, sin comida y sin alimento puros ¿sería yo el mejor de los amantes y padre?, para mí amarlos es hacer que el clima sea mi bandera”, dice al comentar que los niños y jóvenes necesitan involucrarse, despertar rápido y sumarse a estas luchas por la vida.

“El mundo necesita cambiar con urgencia, sino no habrá futuro”, dice. (FCT)