Acoso callejero, atemoriza a las mujeres en Ambato

AMBATO. Las mujeres temen caminar libremente por las calles de la ciudad.

Hace dos semanas, Sofía caminaba junto a su amiga Elena, por la calle Quito y Bolívar, reían, conversaban y debatían sobre su almuerzo. Sus risas y sus palabras fueron interrumpidas por un hombre alto y gordo, que se bajó la mascarilla e intentó besar a Sofía, acercándose violentamente a su rostro.

La mujer, de 39 años se quedó en ‘shock’, por unos largos diez minutos, no pudo decir ninguna palabra. Todo fue muy rápido. Elena de 29, trató de calmarla, también tuvo miedo, y nada pudieron hacer. El hombre siguió de largo, tranquilo como si nada hubiese pasado.

Elena le dice a Sofía, “el otro día me sucedió lo mismo dos veces, una en el parque Cevallos y otra, una cuadra después, dos hombres me acosaron en menos de tres minutos, al uno no le dije nada porque me quedé paralizada, al otro le grité: ‘maldito acosador’, pero no pude hacer nada más, qué hacía, si en este país nadie hace nada cuando nos acosan”.

El acoso callejero, no solo son silbidos, miradas intensas, comentarios obscenos y ‘piropos’ de mal gusto, hay mujeres que vivieron persecución, intento de secuestro, y tuvieron que soportar que su acosador se masturbe al verlas.

Carolina, de 28 años, iba caminando por la avenida Cevallos y Martínez, cuando un hombre de quizá 60 años, que iba en un carro grande, negro y de vidrios polarizados, bajó la ventana, mientras la perseguía.

“Me pasó eso, en pleno centro de Ambato y eran las diez de la mañana, él me seguía, me decía que me suba, que estoy bien ‘rica’, todo eso, mientras se masturbaba, yo solo aceleré el paso y me metí por otra calle, tuve mucho miedo”.

Las historias no se acaban, y son aterradoras, es aterrador para las mujeres caminar solas, por cualquier lugar y cualquier hora. Camila, el jueves 11 de enero de 2021, a las 09:00, iba de Ficoa al centro. Antes de cruzar el puente, un vehículo blanco se estaciona a su lado, baja los vidrios, que también estaban polarizados y le pide que se suba al auto.

“Me quise morir, sentí que se me bajó la presión, le grite unas groserías y parece que se asustó y se fue, a pesar de saber lo que debía hacer en teoría, que era tomar una foto de las placas y el carro, para al menos denunciarlo en redes, no pude. Me quedé muy mal, estaba aterrorizada, ese hombre tenía una cara de psicópata, por muchos días no pude volver a caminar tranquila, hasta ahora no puedo”, contó Camila.

Estos son apenas cuatro historias, de las miles que viven cada día las mujeres al caminar por la ciudad. Todavía hay quienes romantizan la violencia callejera hacia las mujeres, llamándola ‘piropo’.

EL DATO 
Al menos siete de cada 10 mujeres en el mundo 
han sufrido alguna forma de acoso sexual callejero.

Datos


La organización estadounidense  ‘Stop Street Harassment’,  conceptualiza el acoso callejos como: “la interacción no solicitada en lugares públicos entre gente desconocida que hace a esa persona sentirse molesta, incómoda, enojada, humillada, o asustada”.

En Ecuador son casi nulos los estudios sobre acoso callejero. Según la Municipalidad de Quito, un 68% de mujeres las mujeres de esta ciudad fueron víctimas de acoso callejero. En Ambato no existen datos.

La activista feminista, Amanda Salas, dijo que lo más preocupante es que este comportamiento violento hacia la mujer, socialmente está asumido como normal.

“A las mujeres se nos piensa como objeto y lo que es peor, como objetos públicos, a los que cualquiera puede mirar, tocar y decir lo que le da la gana”, aseguró Amanda.

Para la activista salir a la calle es un fastidio, “lo peor es que somos nosotras las que debemos evitar que nos acosen, vistiendo con ropa no muy provocativa o que a la gente no le parezca provocativa, a arreglarnos menos, a no caminar por ciertos lugares. Y esto obliga una vez más a que sea la víctima quien deba cuidarse de su agresor”, cuestionó.

Esto se visibiliza en una de las preguntas planteadas dentro de la Encuesta sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres  (Envigmu) 2019, levantada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) sobre roles de género.

La interrogante planteada fue, “¿las mujeres deben actuar y vestirse recatadamente para no provocar a los hombres?”, a nivel nacional el 57.3% de encuestadas, respondieron que sí.

Es decir que, 57 de cada 100 mujeres, creen que deben actuar y vestirse recatadamente para no provocar a los hombres.

Salas, además sostiene que los esfuerzos para cambiar esta realidad no son suficientes,  tanto es así que en Ambato poco o nada se ha hecho.

TOME NOTA 
Para formar parte de las clases de defensa personal 
pueden buscar en Facebook el grupo ‘Metamorfosis Ambato’.

Autoridades

La concejala de Ambato Salome Marín, estuvo encabezando un proyecto para combatir el acoso callejero en el sistema de transporte público, sin embargo no se llegó a nada.

“Se quería dar inicio a este proyecto, que lo denominamos ‘Regreso seguro a casa’, lastimosamente con el cambio de administración municipal no se dio continuidad y se quedó varado, estaba bastante avanzado, teníamos alianzas con otras instituciones y organizaciones internaciones  pero no se pudo seguir. Esperemos que pronto podamos retomarlo porque es muy necesario abordar esa problemática en la ciudad y que podamos apoyarnos entre mujeres”, dijo Marín.

La Concejala informó que ahora está trabajando con un grupo de mujeres en un proyecto llamado ‘Metamorfosis Ambato’.

Se impartirán clases gratuitas de defensa personal, que podrán ayudar a las mujeres en el caso de ser víctimas de acoso, persecución o maltrato. (APQ)