Difícilmente el artista español Joaquín Sabina imaginó que concluiría su cumpleaños 71 en un hospital, en el que ingresó tras caer de un escenario en pleno concierto y que apenas unas horas después habría de ser sometido con éxito a una intervención por un “pequeño cóagulo” en el cráneo, tras la que permanece “estable”.
Así lo indica el parte del centro médico de Madrid, en el que se indica que, a consecuencia de la caída, el artista sufre “traumatismo de hombro izquierdo, torácico y craneoencefálico”.
El recinto, el WiZink Center de Madrid -con capacidad para 15.00 espectadores, es un lugar especial para él, un lugar en el que los nervios lo atenazan especialmente, tal y como ha contado más de una vez, lo que ha hecho que, a la postre, se convierta también un poco en su bestia negra.
Ahí, en 2014 tuvo que abandonar otro concierto a pocos minutos del final por una descomposición estomacal que, en directo, él achacó a ‘un Pastora Soler’ (es decir, una crisis de pánico escénico) y fue también donde en 2018 se quedó “totalmente mudo” por “una disfonía aguda consecuencia de un proceso vírico”.
La promotora del concierto dijo que la causa del accidente fue una caída por un foco que lo había deslumbrado y que nunca perdió la consciencia. De hecho, tras ser retirado en camilla y examinado por los servicios sanitarios, regresó ante su público en una silla de ruedas empujada por Serrat.
El cantautor, uno de los artistas más queridos en el país, recibió apoyo de personalidades de la música y también de la política, empezando por el jefe del Gobierno español. “Confío en que todo quede en un susto y pronto volvamos a disfrutar en el escenario”, tuiteó Pedro Sánchez.
“Concentro mi fuerza para ti, mi querido Sabina”, señaló en la misma plataforma el cantante Alejandro Sanz. AGENCIAS