La fiesta del Corpus Christi convoca a cientos de danzantes de Pujilí y el resto del país.
Hoy se vivirá nuevamente en Pujilí (Cotopaxi) la Fiesta de la Octava de Corpus Christi, celebración declarada Patrimonio Cultural Intangible de la Nación y considerada el evento más suntuoso y atractivo donde sobresale la identidad cultural, los valores, las tradiciones y sobre todo el ‘el danzante de Pujilí’.
La fiesta del Corpus Christi o Cuerpo de Cristo se trata de una conmemoración fusionada entre lo religioso que trata de honrar a Jesucristo en la Sagrada Eucaristía y el culto de los pueblos indígenas a la Pachamama y al Taita Inti en agradecimiento por las cosechas de maíz.
El danzante, conocido también con el nombre de ‘tushug’ o ‘Sacerdote de la lluvia’, era el personaje que bailaba en los rituales donde se rendía culto a los dioses como muestra de agradecimiento y gozo por las cosechas y producción de maíz. Este culto lo hacía con los brazos abiertos, simulando ser el cóndor de los Andes.
El personaje principal
El papel estelar del Corpus Christi se centra en los danzantes, personajes que animan los festejos vestidos un traje multicolor lleno de encajes, bordados, monedas antiguas y sobre sus hombros lleva un penacho, de aproximadamente 20 libras, con enormes espejos e impregnaciones de pedrería y plumas, que simbolizan el poderío de las aves andinas; lleva cascabeles en las piernas, para que su sonido ayude a sincronizar sus pasos.
Además, tiene en la mano derecha un alfanje o arma, elaborado en alambre, con adornos de aves; en la mano izquierda, una paloma que simboliza al Espíritu Santo y que es liberada durante el trayecto del baile, a la salida de la iglesia.
Durante el tiempo que dura la fiesta, los danzantes lanzan al público frutas, dulces y panes, ejecutan pasos como la media luna, el cruce, vuelta y regreso, el ocho y el característico movimiento de levantar y abrir los brazos como si fueran las alas del cóndor.
Los danzantes mostrarán sus destrezas y disputarán por ser la mejor danza de oro, plata y bronce.
Personajes de la fiesta
El Alcalde es quien se encarga de organizar la fiesta del Corpus Christi y las de todo el año. Es el que saca de la casa al danzante el día de la fiesta después de que haya bailado y recibido la bendición de sus padres. El prioste se coloca en primer lugar en la celebración y entre sus obligaciones está el pago o contribución económica para la conmemoración.
Los oficiales, los tamboreros y los pingulleros son los músicos experimentados; los cargadores, que tienen una suntuosa indumentaria en la que sobresalen la cabeza, el tajali y la ropa blanca, asisten al danzante y le ayudan a llevar el penacho cuando este se agota.
Se suman los coheteros que lanzan los voladores y queman los juegos artificiales. El ropayo, que es el que posee toda la vestimenta del danzante, el ropacatig, personaje que se encarga de vestir y desvestir al sanzante.
La mujer del danzante va ataviada con cintas multicolores, anacos de bayetilla y rebozos de seda, en la cintura amplias fajas, sombrero de paño, aretes de plata y collares de mullos.
No puede faltar la banda de pueblo que es la que entona los ritmos apropiados como: ‘Danzante mío’, ‘El Cortado’, ‘La Entrada de Corpus’, ‘Cascabel indiano’, ‘Cuchara de palo’, ‘Ñuca Isinche’, ‘La ‘Cuadrera’ y otros tantos. (CM)
EL DATO
Se menciona en varias investigaciones y estudios de la historia de los danzantes, que eran caciques de la comarca, quienes rendían culto a los dioses en agradecimiento a la cosecha y la productividad.
Más baile el domingo
Mañana se realizará el desfile de los danzantes autónomos de Pujilí y un show artístico de confraternidad para toda la familia.
Los comuneros de Cuturibí Grande, San Isidro, San Rafael de Alpamálag, Ramospamba, Verdesoto, Vásconez, San Vicente, Jatun Juigua, Angamarca Calle y Jachaguango, junto con el Alcalde, mama danza, pingulleros, danzantes, acompañantes y familiares por las calles de la ciudad con sus llamativos atuendos y cabezales, bailando al compás del bombo, las flautas y el pingullo, llenos de cascabeles y sonajas que atan los participantes a sus rodillas y tobillos.